Para tener derecho a percibir una pensión contributiva de jubilación, es necesario cumplir unos requisitos claves establecidos por ley. Entre todos ellos, algunos de los más importantes se centran en la cotización durante la vida laboral.
Es decir, el sistema español de pensiones está estructurado, de tal manera, que los trabajadores actuales permiten el pago de las pensiones de jubilación gracias a sus cotizaciones a la Seguridad Social. Así, una vez que ellos se jubilen, tendrán derecho a una pensión contributiva en función de sus cotizaciones y los años cotizados.
Por otra parte, el sistema español también contempla una pensión de jubilación para aquellas personas que no han cotizado lo suficiente o que directamente no han cotizado durante su vida a la Seguridad Social. Se trata de la pensión no contributiva de jubilación, cuya gestión recae en el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO).
«La pensión no contributiva de jubilación asegura a todos los ciudadanos mayores de 65 años y en estado de necesidad una prestación económica, asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios, aunque no se haya cotizado o se haya hecho de forma insuficiente para tener derecho a una pensión contributiva», explican desde el IMSERSO.
Cotización y pensión de jubilación
En concreto, para tener derecho a cobrar una pensión contributiva de jubilación, el ciudadano debe acreditar una cotización de al menos 15 años durante su vida laboral. Dos de esos años deben ser inmediatamente anteriores a los 15 años antes de la jubilación.
Si el trabajador cumple el requisito mínimo de cotización, tendrá derecho a un 50% de la base reguladora en la pensión. Ese porcentaje irá en aumento en función de los años cotizados a la Seguridad Social, hasta alcanzar un máximo establecido para cada año.
En este sentido, para cobrar el 100% de la base reguladora en la pensión, el ciudadano debe acreditar una cotización de al menos 37 años y seis meses durante la vida laboral. En este caso podrá acceder a la jubilación ordinaria con 65 años.
Si acreditar una cotización inferior a 37 años y seis meses, podrá acceder a la jubilación con una edad de 66 años y dos meses. Así lo establece la normativa para este año 2022.
Hay que diferenciar la pensión máxima que puede cobrar cualquier ciudadano (100% de la base reguladora), con la cuantía máxima de pensión que se puede percibir en España, que queda determinada cada año por el Gobierno de España en los Presupuestos Generales del Estado.
Aumento de la edad ordinaria
En este contexto, es importante recordar que España se encuentra en pleno proceso de aumento de la edad ordinaria de jubilación desde el año 2013, y culminará en el año 2027. Todo ello, según lo aprobado en la reforma de pensiones del año 2013.
El Gobierno de España aprobó entonces un aumento de la edad de jubilación de 65 a 67 años, en un horizonte de 15 años. En cualquier caso, la edad ordinaria se incrementa en consonancia con los años de cotización a la Seguridad Social.
Por otro ello, a partir del año 2027, la edad ordinaria de jubilación será de 67 años para las personas con una cotización inferior a 38 años y seis meses a la Seguridad Social; y 65 años para las personas con una cotización igual o superior a 38 años y seis meses durante su vida laboral.