Al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Gobierno de España, José Luis Escrivá; le siguen cayendo palos por su reforma del sistema de pensiones de España. En este sentido, el Círculo Cívico de Opinión duda de que la reforma en materia de pensión que quiere realizar el actual ministro vaya a convencer «plenamente» a Bruselas.
El principal motivo por el que se espera el rechazo de la Unión Europea es la «limitada eficacia» para moderar el crecimiento del gasto público en pensiones en las próximas tres décadas.
Además, advierte de las «restricciones» a las que está sometida esta reforma. Desde la negativa de Unidas Podemos a adoptar ciertas medidas, como la de la ampliación del periodo de cálculo de la pensión; al rechazo social a trabajar más años, pasando por los propios límites marcados por el Pacto de Toledo. De hecho, el Círculo Cívico de Opinión se cuestiona porque no han sido capaz en 25 años de incrementar la confianza de la población ni de las instituciones europeas en el sistema de pensiones español.
No obstante, en el informe, elaborado por la profesora Elisa Chuliá, se ve posible que al final la Comisión Europea acepte las iniciativas presentadas por el Gobierno español, así como también por otros Estados miembros. Todo ello dado que su rechazo podría implicar problemas de gestión en los fondos europeos y retrasar la recuperación económica.
La preocupación por parte de la Unión Europea
En todo caso, el informe apunta que «si finalmente se confirma la limitada eficacia de la reforma Escrivá» para contener el gasto en pensiones en los siguientes 30 años, «cabe esperar que, en los próximos años, la Unión Europea, los organismos internacionales y los expertos continúen expresando su preocupación por esta evolución y reclamando reformas que la corrijan».
Asimismo, el Círculo Cívico de Opinión ve probable que los gobiernos españoles decidan «capear» esa presión con «retoques» paramétricos en el sistema de pensiones. Todo ello hasta que la adopción de medidas más contundentes resulte «ineludible» o «apremien» desde Bruselas.
«Las reformas sólo tienen una eficacia considerable cuando están apremiadas por las instituciones europeas. Pero ningún gobierno, de cualquier partido, aprovechó el momento para hacer una reforma en condiciones. Se ha hecho cuando nos hemos visto apremiados y esa no es la mejor opción. Al final es un consenso de mínimos que no sustenta una reforma», ha señalado Chuliá.
Un sistema de pensiones que «vaya retrasando la edad de jubilación»
De este modo, cree verosímil que en España se produzca un escenario de reforma «permanente» del sistema de pensiones; o lo que es lo mismo, «una reforma que a poquitos vaya retrasando la edad efectiva de jubilación y reduciendo la tasa de sustitución de las pensiones».
En este sentido, Chuliá ha advertido de que este método complicaría la operativa del sistema, en detrimento de su comprensión y transparencia. Además, tendería a aumentar las diferencias de cobertura dentro del colectivo de pensionistas. Todo ello por la aplicación de diferentes reglas de cálculo de las prestaciones en función de su edad.
En lo que respecta a las nuevas recomendaciones del Pacto de Toledo, el Círculo las considera poco novedosas. El principal motivo es que ve muchas de ellas figuraban en anteriores versiones del Pacto. Así, opina que lo más significativo del documento está en lo que omite. Ni se menciona la esperanza de vida, ni la presión del gasto por la jubilación de los ‘baby boomers’. Tampoco las advertencias de organismos como la AIReF o el Tribunal de Cuentas sobre el déficit estructural de la Seguridad Social.
En este sentido el Círculo Cívico de Opinión insiste en que la mayor parte de los expertos dudan de que del nuevo Pacto pueda dar lugar a reformas que corrijan el aumento del gasto. Pese a ello, «el ministro Escrivá se aferra a él como a un talismán».
La reforma ‘Escrivá’, con muchas restricciones en materia de pensión
Pese a destacar la «encomiable» labor del ministro para sacar adelante esta reforma, Chuliá ha señalado que las medidas que plantea Escrivá son de carácter paramétrico y una continuación de otras que se han adoptado en años previos.
«Lo que distingue a Escrivá de sus predecesores es la voluntad de hacer una reforma por piezas. Cada una de ellas diseñada a partir de cálculos muy precisos. Esta forma de hacer política basada en la evidencia responde a un planteamiento, sin duda, muy razonable. Ahora bien, parece obviar la existencia de algunas restricciones a las que está sujeta la política de pensiones en España y que dificultan la aprobación de cualquier medida, por muy sólida que sea su justificación técnica, que recorte el importe de las prestaciones», apunta el informe.
Además del Pacto de Toledo, otra restricción es la coalición formada por el PSOE y Unidas Podemos. Esto se debe a que el partido morado amenaza con retirar el apoyo a cualquier medida que pueda resultar en una reducción del importe no sólo de las actuales prestaciones, sino también de las futuras.
Al margen de la política, existen también restricciones sociales que limitan el potencial de las reformas. «Aunque resulte chocante, la preocupación que a muchos procura el futuro de las pensiones cursa con la inclinación a jubilarse tan pronto como sea posible», señala el informe.
Aunque la revalorización de las pensiones contemplada en la reforma de Escrivá pueden contribuir a reforzar la confianza de los actuales pensionistas en el sistema «está por ver», según el Círculo, si las plataformas de pensionistas deponen sus movilizaciones. «No parece probable que así ocurra, a juzgar por sus reivindicaciones, entre imprecisas y desmedidas», advierte.
Cuestionan el Paco de Toledo
Para el Círculo Cívico de Opinión, existen alternativas a esa reforma «permanente del sistema» a la que parece España está abocada. A su juicio, el debate político sobre las pensiones en España apenas ha tenido en cuenta las experiencias de otros países.
«El Pacto de Toledo debería facilitar ese proceso, en lugar de limitarlo», opina el Círculo, que considera además que éste debería renunciar al ideal de aprobar sus resoluciones por unanimidad y liderar una campaña institucional de información pública sobre el sistema de pensiones español para mitigar el descrédito que sufre entre la población.
Para el Círculo, en cierto modo el Pacto ha pasado de constituir un medio para la reforma de las pensiones a un fin propio de la política de pensiones. «Ningún partido se atreve a ponerlo en cuestión, so pena de quedar políticamente estigmatizado como el enemigo de los pensionistas», defiende el informe.
Chuliá ha cuestionado el rendimiento del Pacto de Toledo, que considera «más bien modesto» tanto como generador de documentos de análisis, evaluación o recomendaciones, como de impulsor de medidas de reforma. Asimismo, ha criticado que el Pacto de Toledo no haya servido para evitar la pérdida de confianza de la sociedad y de las instituciones en la gestión de las pensiones.
Las pensiones no son «indignas»
Una de las razones que podría explicar esta situación es, según Chuliá, los escasos esfuerzos que ha dedicado a informar a la sociedad, permitiendo así que cundan en la opinión pública ideas como que las pensiones son «indignas».
«Dejen de hablar de pensiones indignas. No lo son. No se puede decir eso cuando la tasa de sustitución de España es de la más altas. Que el Pacto de Toledo haya permitido eso, que se extienda esa percepción entre la población, no se entiende», ha denunciado Chuliá.
El Círculo Cívico de Opinión no propone suprimir el Pacto de Toledo, pero cree que sus limitaciones actuales «deberían ser superadas». «Ha conseguido consensos a duras penas (…) En 1995 era muy necesario, pero ahora creo que razonablemente no se puede mantener que siga siendo el mejor instrumento para articular la política de pensiones», ha añadido Chuliá.