2023 ha dejado muy buen sabor de boca en los trabajadores autónomos con discapacidad. Y es que se ha producido un aumento con respecto a 2022 en 717 trabajadores más, lo que supone un crecimiento del 3%. Si lo comparamos con el crecimiento de 2021 a 2022, el aumento fue de 564 trabajadores, 153 menos que el de este año.
Según recoge los datos de la Seguridad Social, el total de trabajadores autónomos con discapacidad alcanzado a fecha de 31 de diciembre de 2023 era de 25.170 trabajadores, de los que 9.328 fueron mujeres y 15.842 varones. Desde el CERMI señalan que esta diferencia por sexo es «muy acusada» en detrimento de las mujeres con discapacidad.
A su juicio, el aumento de 2023 indica que el emprendimiento, a pesar de sus términos globalmente modestos, sigue siendo una vía de inclusión laboral «atractiva» para las personas con discapacidad, que «cada año escala posiciones en su aportación a la creación general de empleo para este grupo de población».
Frente a esa «tendencia positiva», Cermi reclama al Gobierno un «robustecimiento de los incentivos y bonificaciones a los autónomos con discapacidad», haciéndolos «más reforzado para las mujeres», con el objetivo de ampliar el camino de acceso al empleo y permitir crecimientos mucho más altos en los años próximos.
Beneficios de los autónomos con discapacidad
Desde Ayuda T-Pymes señalan que desde que entró en vigor en 2017 de la Ley de Reformas Urgentes del Trabajador Autónomo, existen una serie de ventajas para los autónomos con discapacidad que antes no existían. Esto ha propiciado que el número de autónomos con discapacidad haya crecido un 7,6 % en los últimos años.
Por ejemplo, en 2021 se contabilizaron 23.890 trabajadores autónomos con discapacidad afiliados al RETA (un 4% más respecto al año anterior) según datos del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI). En 2022 ese número se incremento hasta los 24.454, con 564 nuevas altas, mientras que en 2023 ha crecido hasta los 25.170.
A este crecimiento contribuye también la ampliación de los supuestos que permiten solicitar los incentivos. Por ejemplo, antes las bonificaciones se limitaban a las personas con discapacidad inicial; ahora se ha ampliado a las personas con discapacidad sobrevenida.
Además, los autónomos con discapacidad cuentan con una serie de prestaciones y deducciones a las que pueden acceder. Entre las ayudas económicas, podemos destacar:
- Ayudas económicas para la inversión inicial que van desde los 5.000 hasta los 10.000 €, dependientes de las Comunidades Autónomas para establecimiento y financiación.
- Financiación más barata. Si necesitas pedir un préstamo para poner en marcha tu negocio como autónomo discapacitado, puedes reducir hasta 4 puntos el interés fijado en el mismo.
- Ayudas para la asistencia técnica de la actividad, hasta cubrir el 75% del coste de los servicios prestados con un tope de 2.000 euros.
- Ayudas para formación, hasta cubrir el 75% del coste de los cursos justificados y con un importe máximo de 3.000 euros.
La condición para acceder a estas subvenciones es que el autónomo debe estar dado de alta durante un mínimo de tres años.
Si hablamos de las deducciones, los autónomos con discapacidad también pueden beneficiarse de una deducción del IRPF en los seguros que les cubran a ellos y a sus hijos menores de 25 años que vivan en su domicilio. En este sentido, la cuantía total anual que podrá desgravarse será de 1.500 euros en caso de que los beneficiarios sean personas con discapacidad, en vez de los 500 euros permitidos al resto de los autónomos.