No hay discusión sobre el tremendo impacto que ha supuesto el Coronavirus en nuestras vidas. A unos más que a otros, pero todo estamos sufriendo las consecuencias de una pandemia que esta repercutiendo en niveles más altos de estrés, angustia y ansiedad en la población general.
La incertidumbre que produce esta situación ha aumentado el estrés, que a su vez está influyendo notablemente en la salud, afectando al sistema inmunológico y dificultando aún más la protección ante las enfermedades, según declara Susan Bowerman, directora de educación y salud de Herbalife.
Debido a que un buen sistema inmunológico depende de una dieta rica en nutrientes, una buena nutrición es fundamental para mejorar nuestras defensas ante las enfermedades. Por esta razón, es aconsejable llevar una dieta equilibrada y saludable para frenar el estrés.
El estrés puede llevarnos a causarnos fatiga o depresión, por lo que es recomendable evitar las comidas rápidas o reconfortantes, que por lo general, están cargadas de grasa, sal y azúcar. Estos alimentos pueden estimular la liberación de ciertos químicos en el cerebro que nos hacen sentir bien, al menos a corto plazo, y por lo tanto, no queremos dejar de comerlos.
Esto es de lo peor que nos puede pasar, pues nos crea un círculo vicioso: comer en exceso provoca un aumento de peso, por lo que aumentamos el estrés psicológico, y esto nos llevaría a seguir comiendo más de lo que deberíamos.
Consejos para controlar el estrés mediante la alimentación
En este sentido, pasamos a desarrollar una serie de consejos que nos ayudarán a mejorar el estrés a través de la alimentación:
- Come con tranquilidad: Busque un lugar tranquilo para comer. Si come en casa mientras trabaja o comes rodeados de mal ambiente, algo debe de cambiar. Reserva algo de tiempo para calmarse y relajarse mientras come. Esto lo ayudará a comer mucho menos y sentirse más satisfecho con menor cantidad.
- Evite comer para aliviar el estrés: Si tiene ganas de comer por la ansiedad que produce el estrés, lo más recomendable es intentar aliviarlo con un puñado de almendras para saciar ese hambre y ejercitar los músculos tensos de la mandíbula, propio del estrés.
- Come con regularidad: El estrés nos obliga en muchas de las ocasiones a saltarnos las comidas. Esto reduce nuestros niveles de energía al mínimo, por lo que podríamos terminar comiendo en exceso cuando finalmente se coma. En caso de que el estrés le corte el apetito, intente comer en menor cantidad y con más frecuencia a lo largo del día.
- Reduzca el consumo de cafeína: El estrés produce falta de energía, por lo que estas personas suelen recurrir a la cafeína como energizante, algo que puede ser contraproducente, ya que reduce el sueño y complica el descanso de la persona.
- Comidas saludables: Intente incluir proteínas magras como el pollo, huevos, productos lácteos, pescados, verduras o productos de soya en cada comida. Esto no solo acabará con nuestra hambre, sino que nos ayudará a mantener nuestra mente despejada.
Alimentos para ayudar a bajarlo
El triptófano es uno de los nutrientes claves para poder bajar el estrés, ya que este viaja al cerebro y allí se transforma en serotonina, la neurohormona del placer. Este nutriente podemos encontrarlo en el pollo a la plancha, la leche, el queso, el huevo, el churrasco, las nueces, las almendras, en la banana y en el kiwi. Por lo tanto, consumir estos alimentos junto a una fuente de hidratos de carbono, podría mejorar en cierta manera estrés que estemos sufriendo.
Por su parte, otros nutrientes que nos podrían ayudar en esta labor son los antioxidantes, ideales para combatir el estrés oxidativo. Estas vitaminas podemos encontrarlas en:
- La Vitamina A estará en el color rojo y naranja, así como en la yema de huevo y lácteos.
- Vitamina C se encuentra en los cítricos como las mandarinas, naranjas, kiwis y frutillas
- La Vitamina E se encuentra en el aceite.
Asimismo, concluímos con que una buena alimentación, unida a una buena calidad del sueño, así como algo de actividad física, nos puede ayudar en gran medida a paliar los efectos de ese estrés que tanto nos angustia y nos impide vivir la vida en plenitud de facultades.