La coordinadora de la Comisión de Mujer de Cermi Madrid y vicepresidenta de la misma entidad, Mayte Gallego, ha asegurado hoy en la Comisión de Mujer del Parlamento regional, según informa SERVIMEDIA y recoge el portal de CERMI, que “casi una de cada tres mujeres con discapacidad (31%) asegura que ha sufrido o sufre algún tipo de violencia física, psicológica o sexual por parte de su pareja o expareja, más del doble que las mujeres sin discapacidad (12,5%)”, según un informe de la Fundación Cermi Mujeres.
Gallego, que compareció para informar sobre “mujer y discapacidad: múltiple discriminación”, destacó que “mientras un 24,5% asegura que sufre violencia psicológica emocional -insultos, menosprecio, intimidación o amenazas verbales-, este porcentaje se reduce en más de diez puntos, hasta el 14%, en las mujeres sin discapacidad”. Señaló que la violencia física la sufre el 11% de las mujeres con discapacidad mientras que se reduce al 4,7% en aquellas sin discapacidad.
Respecto a las secuelas físicas de la violencia machista en mujeres con discapacidad, dijo que las más frecuentes son los cortes, rasguños, moratones (6,4%) y lesiones oculares y aditivas, esguinces, luxaciones o quemaduras en el 2,4% de los casos.
Estos porcentajes son el 2,6% y del 0,9%, respectivamente en el caso de las mujeres sin discapacidad, señaló Gallego, quien manifestó que “el 15% de las mujeres asesinadas (asesinadas, que no muertas), tenían algún tipo de discapacidad”.
Consideró que “estas mujeres tardan más tiempo en salir de la situación porque no tienen conciencia de ser víctimas, bien por la estrecha relación que suele haber con la persona abusadora, bien por temor a quedarse solas (que es un temor bastante extendido)”.
“No se le puede decir a alguien que está ejerciendo violencia sobre ti, que te baje las escaleras para denunciarle o que llame por ti, si resulta que no tienes movilidad en las manos o si eres una mujer sorda”, según Gallego, quien afirmó que “los principales factores que propician esta situación son la indefensión, la dependencia, la situación de vulnerabilidad y la falta de testigos”.
DISCAPACIDAD INTELECTUAL
Por otro lado, aseguró que “no se conocen cuántas de las víctimas” de violencia “presentan una discapacidad como consecuencia de los malos tratos sufridos” y añadió que “conocemos muchas mujeres que sufren sordera por los golpes en los oídos, ceguera o lesión medular o trastornos de salud mental”.
También consideró necesario “poner especial atención en las niñas y mujeres con discapacidad intelectual y problemas de salud mental”, porque “son mucho más vulnerables que cualquier otra mujer de sufrir esos abusos, y trabajar para que se pueda detectar cualquier acto de violencia”.
Por otro lado, denunció la esterilización forzosa de estas mujeres, que se produce con la petición de la incapacitación judicial, para que no se queden embarazadas. En materia de empleo, propuso desarrollar “más acciones positivas para contratar mujeres” con discapacidad.