Pasear es una afición para muchas personas, que ven que así pueden hacer ejercicio, aunque sea de intensidad leve, pero de manera continuada durante el tiempo. Pero no es la pérdida de calorías lo más beneficioso que podemos sonsacar de un buen paseo por la playa, la montaña o por la ciudad, sino más bien sus ventajas a nivel psicológico. Porque al igual que cualquier tipo de deporte, el mero hecho de pasear facilita y mucho las cosas para despejar nuestro cerebro. Si a nivel mental quieres experimentar una sensación de alivio, y sobre todo buscar una manera de poder evitar el estrés, el paseo es una de las mejores formas de hacerlo.
Lo bueno del paseo es que es una actividad que podemos hacer tanto solos como acompañados, y que además no requiere ningún tipo de gasto económico o que obligue a algún tipo de desplazamiento en algún medio de transporte. Podemos salir de casa y comenzar a andar, andar y andar para que nuestros huesos y músculos se vean reforzados según el ritmo que le demos a la marcha. También es importante matizar la importancia que tiene pasear en espacios como el campo y todo lo que sea zona vegetal. ¿Por qué?
Esta es la razón por la que pasear por el campo es siempre una gran opción
El profesor e investigador científico en Neurociencia de la Universidad Complutense de Madrid, José Morales, cuenta en un artículo en 20 Minutos cómo intentamos buscar la evasión también a nivel mental. Pero también aborda la dificultad de salir de las ciudades teniendo en cuenta que cada vez hay más y más personas.
Por eso habla directamente de los beneficios que pasear tiene para nuestra salud mental. De ahí que establezca que haya problemas en el ánimo, la ansiedad o la depresión hasta un 56% más frecuentes en los entornos urbanos que en los rurales.
¿Qué zona del cerebro se activa cuando paseamos en el campo?
Hay un mecanismo que, según el propio investigador, nos ayuda a mejorar la percepción de las cosas cuando paseamos. De forma que cuando nos estresamos, la amígdala, que es la parte que controla las emociones y los sentimientos, se activa para que desarrollemos ciertos comportamientos.
Los expertos inciden en que para evitar situaciones de miedo y sí atraer el placer mental, es posible dar un buen paseo con mucha naturaleza a nuestro alrededor. De forma que hay efectos positivos sobre la amígdala, mejorando nuestra sensación de felicidad y reduciendo la angustia a nivel mental.