El Parlamento de Andalucía se ha sumado este viernes a la conmemoración del Día Internacional del Síndrome de Asperger, una jornada instituida en 2007 para dar visibilidad a este colectivo y a sus demandas, y que anualmente tiene lugar cada 18 de febrero, acto en el que la comunidad protagonista de esta jornada ha pedido «leyes de protección y reforzar la Atención Primaria y las unidades de salud mental».
En un acto institucional en el que ha participado su presidente, Jesús Aguirre, la Cámara autonómica ha expresado un año más su respaldo a las familias y las propias personas Asperger, un trastorno del neurodesarrollo en el espectro autista acerca del cual todavía hoy existe un significativo desconocimiento en la sociedad.
Jesús Aguirre ha recibido al presidente de Asperger Andalucía, Rafael Jorreto, quien ha sido el encargado de leer el manifiesto elaborado para la ocasión, en un acto al que han asistido también la delegada territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, Rocío Barragán Barragán, así como una representación de diputados de los distintos grupos parlamentarios y un amplio grupo de personas en el espectro autista y sus familias.
En su intervención en este acto institucional, Rafael Jorreto, dando voz a las más de 1.500 familias de Andalucía que se agrupan en Asperger Andalucía, ha reivindicado, de nuevo, el necesario reconocimiento de este síndrome como discapacidad social o psicosocial, lo cual permitiría la creación de servicios y estructuras para ofrecer el soporte adecuado a las personas con este síndrome y a sus familias.
Es en el ámbito social -ha recordado- donde se generan las barreras que provocan que personas inteligentes y capaces de desarrollar un empleo sufran índices de paro superiores al 80% al llegar a la vida adulta, una circunstancia enormemente gravosa también para sus familias tanto material como emocionalmente.
El presidente de Asperger Andalucía ha lamentado asimismo la «incomprensión por parte de profesores, maestros y compañeros» que siguen padeciendo las personas con Asperger.
«Es difícil comprender que personas inteligentes y sin ningún rasgo físico observable puedan tener una discapacidad social que explica sus conductas, por eso decimos que la discapacidad que nos afecta es invisible», ha afirmado.
«La discapacidad no existe cuando el entorno es solidario; mientras tanto, necesitamos leyes de protección», ha recalcado el presidente de Asperger Andalucía, quien ha insistido en la necesidad de «reforzar la Atención Primaria y las unidades de Salud Mental para así avanzar en una sociedad más justa y equitativa».
Asperger Andalucía lucha por priorizar inserción laboral del colectivo
El escaso conocimiento de las particularidades del síndrome de Asperger, que no es un problema de salud mental ni una discapacidad intelectual como a menudo y erróneamente se cree, se traduce para las personas con esta condición en graves y continuados obstáculos para conseguir la inclusión laboral en los ámbitos tanto público como privado.
Por ello, ha demandado Jorreto, las administraciones públicas deben «priorizar la inserción laboral de un colectivo con un nivel del 80% de desempleo» así como eliminar «barreras incluso a nivel institucional», para no abandonar a su suerte a muchos adultos que al llegar a la mayoría de edad se encuentran completamente desprotegidos al perder el reconocimiento del 33% de discapacidad.
En este sentido, Jorreto ha agradecido al Parlamento andaluz la «convocatoria de un puesto de trabajo específico para personas priorizar (Trastorno del Espectro Autista)», una medida pionera en España, lo que demuestra que, «con voluntad política, las cosas pueden hacerse».
E igualmente, ha aplaudido a la Cámara autonómica el gesto de haber sido la primera en el conjunto nacional que se manifestó a favor del reconocimiento del síndrome de Asperger como discapacidad social.
El 13 de mayo de 2021, el Pleno del Parlamento andaluz expresó su «respaldo al reconocimiento a nivel estatal» de dicha iniciativa, de forma que «repercuta no sólo en la posibilidad de acceso al empleo público, la promoción y la mejora de la calidad de vida del colectivo de personas con TEA y síndrome de Asperger, sino también en el cumplimiento, más real y efectivo, del principio de inclusión social que todas las administraciones estamos llamadas a cumplir».
Esa declaración institucional reconocía además la discriminación que sufren las personas con Asperger: «Al no tener ni discapacidad intelectual ni enfermedad mental, sólo pueden acceder al cupo de discapacidad general que no está adaptado a este estilo cognitivo particular, de forma que quedan de facto marginadas del acceso al empleo público dentro de su propio cupo de discapacidad psíquica».
El propio Rafael Jorreto ha leído el manifiesto oficial tras la intervención del presidente del Parlamento, en el que se hace hincapié en el «necesario reconocimiento de la discapacidad social».
«Instamos a las administraciones para que velen por que este concepto se refleje de manera práctica y funcional en los nuevos baremos de valoración y ninguna persona en el espectro autista quede sin el derecho a la protección por discapacidad y/o dependencia, algo que lamentablemente está ocurriendo cada vez en mayor medida, y que despoja a personas y familias de las herramientas fundamentales para desarrollar su propio proyecto de vida y de participación en la comunidad», reclama el manifiesto.