Personas como Adriana Macías inspiran a toda una población. Esta mexicana de 43 años nació sin brazos, por lo que ha tenido que aprender a convivir con una discapacidad desde su nacimiento, algo que no le ha impedido cumplir todos sus sueños.
Al nacer sin brazos tuvo que adaptarse a hacer las actividades cotidianas de la vida con las piernas, dos extremidades que se han convertido en los brazos de Adriana para todo. Con las piernas es capaz de escribir e incluso tocar el violín.
Esta mexicana con discapacidad confiesa que gran parte de lo que es hoy se lo debe a su hermana mayor, que vio en Adriana a una niña más sin importar las diferencias físicas que pudieran existir entre ambas. De esta forma Adriana Macías comenzó desde muy pequeña a entrenar la sensibilidad de sus pies, ya que peinaba y vestía a sus muñecas con los pies.
Hacer de la discapacidad una fortaleza
Desde muy pequeña, gracias al apoyo de su familia, Adriana Macías consiguió hacer de su discapacidad una fortaleza. Tenía claro que el hecho de no tener brazos no le iba a impedir hacer actividades cotidianas de la vida, así como cumplir sus sueños.
Poco a poco, con el paso del tiempo fue adquiriendo una mayor habilidad para el manejo de los pies, siendo capaz de comer, escribir o coger objetivos. Además, al entrenar el uso constante de las piernas también desarrolló una gran flexibilidad en las extremidades inferiores.
En una entrevista de hace unos años, Adriana Macías explica que lo más importante para aprender a convivir con una discapacidad de este tipo es la actitud. Al respecto, argumenta que «debes saber elegir las actitudes dependiendo del reto, así como nos tomamos el tiempo para elegir zapatos o collares, tenemos que elegir la actitud que requiere el reto al que nos enfrentemos».
Todo un ejemplo de superación
Adriana Macías se ha convertido en todo un ejemplo de superación e historia de vida para muchas personas con discapacidad en su país; así como en el resto del mundo. Sin embargo, es consiente de que no es fácil adaptarse a unas circunstancias de este tipo.
Confiesa que superar los prejuicios por no tener brazos y quererse a uno mismo tal y como es conlleva un proceso de toda la vida. «Hay que comenzar con la honestidad: esta soy yo. La aceptación y autoconocimiento de quién eres, cómo es tu cuerpo. Eso te va a dar mucha tranquilidad y serenidad, de ahí pasamos a la seguridad y a la confianza. Eso la gente lo empieza a percibir y comienza a acercarse de formas muy genuinas, pero debes de partir de la aceptación sin luchar contra ti misma: no confundir una falsa aceptación con acciones como colocar filtros en las fotografías o ponerse fajas, por ejemplo. Debe ser una aceptación al cien por ciento», explica Adriana en una entrevista para el medio ‘Yo También‘, de México.
En referencia a como supero sus limitaciones, la escritora mexicana explica que «todos tenemos limitaciones, aunque no sea una discapacidad. Tenemos que encontrar ese equilibrio, esa liberación que, a falta de brazos, yo encontré en mis pies. Cada uno de ustedes se conoce, sabe cuál es su talento y qué es lo que tiene que desarrollar para hacer ese equilibrio con la discapacidad física, emocional, intelectual o de pensamiento, porque a veces los pensamientos nos limitan más que nuestro cuerpo».
Con su actitud y ganas, Adriana Macías ha ido cumpliendo todos sus sueños uno por uno. Actualmente, en 2022, es una mujer feliz, casada, con una hija a la que sirve como ejemplo cada día, toca el chelo y es escritora. Una vez más, Adriana nos muestra que la actitud puede superar cualquier discapacidad.