Desde la Orden Hospitalaria San Juan de Dios han alertado de la falta de inclusión de las personas con discapacidad en programas sociosanitarios de prevención ante el envejecimiento prematuro de este colectivo de la población. Y es un tema relevante que se debe de tener en cuenta, ya que las personas con discapacidad han aumentado su esperanza de vida.
Por ello, como recoge la propia organización, la preocupación por el abordaje del envejecimiento de las personas con discapacidad intelectual ha crecido en paralelo al progresivo envejecimiento de la población general derivado del aumento de la esperanza de vida.
En este sentido, alertan de que este envejecimiento provoca situaciones de soledad no deseada, aislamiento y exclusión social. Además, según el director general de San Juan de Dios en España, Juan José Alfonso, «también exclusión sociosanitaria que agudiza, aún más, la vulnerabilidad de las personas con discapacidad».
En este contexto, San Juan de Dios ha indicado que las personas con discapacidad intelectual comienzan el proceso de envejecimiento unos 20 años antes que el resto de la población. Esto supone una disminución de su esperanza de vida respecto a la población general.
«Diferentes estudios muestran que las personas con Síndrome de Down comienzan este proceso entorno a los 35 años. Con otras discapacidades intelectuales ocurre a los 45», apuntan desde la organización.
Peculiaridades de las personas con discapacidad
Aunque el envejecimiento en este colectivo comparte muchas características con el del resto de la población, según la entidad, hay peculiaridades propias de la población con discapacidad en la que especialidades que han sufrido un aumento considerable en las consultas, como es el caso de:
- Traumatología
- Neurología
- Vascular
- Urología
En el caso de las personas con Síndrome de Down, en las que existe una mayor prevalencia de deterioro cognitivo que puede comenzar a partir de los 35 años, ha puesto de relieve que aumentan las posibilidades de desarrollar demencias tipo Alzheimer a una edad que, por el déficit cognitivo previo y la falta de herramientas y protocolos específicos, resulta complejo su diagnóstico e intervención precoz.
La coordinadora del ámbito Discapacidad de San Juan de Dios en España, Marta Campos, sostiene que «la mayoría de las veces este envejecimiento prematuro se asocia a la falta de acceso de estas personas a programas de prevención de la salud y a la atención tan exhaustiva que necesitan. Todo ello al sumar a las necesidades de apoyo las derivadas de la edad, que requiere un incremento en la atención médica especializada».
Discapacidad y falta de inclusión
Algunos de estos problemas de salud se dan por la propia discapacidad. Sin embargo, otros se deben a la falta de inclusión en programas de prevención. Todo ello viene ocasionado, en parte, por la necesidad de una persona que le acompañe al centro médico, un recurso con el que no siempre pueden contar ya que esa persona trabaja, tiene otras ocupaciones o «también es mayor», como ha explicado Marta Campos. «Madres y padres envejeciendo al mismo tiempo que sus hijas e hijos. Por lo tanto necesitan una especial atención también por parte de los servicios sociales y sanitarios».
«Es imprescindible evaluar sus necesidades, conocer su situación social y familiar concreta y su nivel de vulnerabilidad. Todo ello para diseñar programas adaptados a sus demandas específicas. Siempre con el fin de garantizar la máxima calidad posible en el desarrollo de su proyecto de vida», ha declarado Campos.
Entre los puntos débiles podemos encontrar:
- Obesidad
- Riesgo de caídas por problemas de movilidad
- Salud bucodental
- Déficits auditivos y visuales
- Problemas de salud mental
Por ello, alertan de la importancia de incluir a las personas con discapacidad den los programas de prevención sociosanitaria.