El acné es una alteración de la piel que se produce cuando grasa y células cutáneas muertas obstruyen los folículos pilosos, provocando la aparición de granos, puntos negros o espinillas en la cara, la frente, la espalda o los hombres. El tipo más común es el acné hormonal, que es el que sufren la mayoría de adolescentes debido a la alteración de hormonas que se producen en esta edad.
Sin embargo, en estos tiempos de pandemia el acné se ha visto incrementado, y ya no son sólo los adolescentes los que padecen este trastorno, debido al uso de mascarillas. Este nuevo tipo de acné se ha denominado ‘maskné‘, y se produce cuando un objeto conserva el sudor y lo frota contra la piel. Por lo tanto, no es de extrañar que el continuo uso de mascarillas durante estos meses de pandemia hayan provocado este tipo de acné en la población. La mascarilla genera un ambiente húmedo al respirar, sudar o hablar, generando que los poros de la piel se obstruyan y puedan convertirse en granos.
Además, el uso prolongado de mascarillas puede derivar en otras enfermedades dermatológicas como la dermatitis de contacto, rosácea y la urticaria por presión. En este sentido, el dermatólogo Raúl De Lucas ha apuntado que “es fundamental mantener una correcta hidratación, para evitar lesiones cutáneas por fricción, así como adaptar el tipo de crema. Ahora que las pieles se vuelven más grasas debido a la oclusión que genera la mascarilla, hay que optar por cremas más ligeras”.
Mascarillas
Para reducir los problemas en la piel por el uso de mascarillas, los dermatólogos recomiendan quitarnos la mascarilla 15 minutos cada 4 horas y librarse de ajustes muy apretados o flojos, ya que si está demasiado apretada o, en cambio se desliza por la cara, puede provocar irritaciones.
La tela de nuestra mascarilla también es importante para el cuidado de nuestra piel, ya que telas como el poliéster, nailon o rayón pueden causar irritaciones.
La forma de lavar nuestra mascarilla también es importante para eliminar los gérmenes y otras partículas que se quedan en la mascarilla. Para lavarla lo recomendables es hacerlo con agua caliente (a menos que indiquen lo contrario) y usar un detergente hipoalergénico y sin fragancia.
Cómo prevenir el ‘maskné’
La Academia Americana de Dermatología ha elaborado unos consejos para intentar prevenir la aparición de acné y de otras enfermedades por el uso prolongado de mascarillas:
- Lavar la mascarilla después de cada uso. De esta forma, eliminamos los gérmenes que a lo largo del día se han ido instalando en la mascarilla. Esto se incrementa si la mascarilla es de tela, ya que su superficie contiene suciedad y aceites que pueden transformarse en bacterias.
- Lavarnos la cara. Debemos hacerlo con un jabón que no contenga ni aceites ni fragancias, y aclararnos la cara con agua tibia.
- No usar maquillaje. Usar maquillaje con mascarilla fomenta la obstrucción de poros, pudiendo provocar granos, puntos negros o espinillas.
- Usar crema hidratante. Debemos aplicar crema sobre la cara antes y después de usar mascarilla, esto actuará como un muro, disminuyendo la fricción de la mascarilla contra la piel.
- Aplicar vaselina en los labios. Uno de los problemas más comunes de la piel por el uso de mascarillas es la piel seca y los labios agrietados, por lo tanto así evitaríamos este último problema.
- Evitar productos nuevos. Debemos evitar productos para la piel que puedan irritarla como pueden ser las cremas o geles más agresivos como son exfoliantes, el peeling químico o retinoides.
Si a pesar de estas recomendaciones, aportadas por la Academia Americana de Dermatología, aparecen problemas en la piel o se produce el agravamiento de una enfermedad, lo recomendable es acudir a un dermatólogo que pueda diagnosticar el problema y poner un tratamiento.