El jamón ibérico es sin duda uno de los protagonistas de estas fiestas. Y es que uno de los rituales que más caracteriza estas fiestas, es que se celebran en torno a mesas llenas de exquisiteces. Las mejores recetas se guardan para estas fechas, en las que celebrar con familia y amigos, es el principal objetivo. Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo o Reyes, son las comidas y cenas casi indispensables en todos los hogares. Sin embargo, no son las únicas, pues las reuniones se suceden durante todo el mes de diciembre.
Pero no solo se come jamón ibérico en Navidad. En España, en casi todos los acontecimientos importantes, se disfruta de este manjar. Y es que se trata de uno de los alimentos más importantes de la gastronomía española. Tanto es así, que es de los productos más exportados de nuestro país. Una auténtica exquisitez, que destaca dentro de una gastronomía que ya de por sí, es bastante rica.
Y es que si por algo destaca España, entre otras cosas, es por su gastronomía. Contamos con un gran número de ingredientes de conocido prestigio que hace que tangamos una de las cocinas más aclamadas mundialmente. De este modo, productos como el aceite de oliva, el queso, el vino y por supuesto, el jamón ibérico, son de sobra conocidos de forma internacional.
Sin embargo, debido a la fama precisamente del jamón ibérico, en ocasiones nos encontramos con piezas muy caras, que no cumplen con las expectativas. Bien es cierto, que este producto no es barato. Pues la calidad, se paga y si un jamón es bueno, lleva detrás un proceso que debe pagarse. No obstante, debido a la amplia demanda, lo mejor es saber distinguir cuándo un jamón ibérico es bueno y cuando no lo es.
5 TRUCOS PARA SABER SI UN JAMÓN IBÉRICO ES BUENO
Saber reconocer un buen jamón ibérico es fundamental para que a la hora de comprarlo, no paguemos más por un producto de menor calidad. Pero, ¿Cómo podemos reconocer una buena pieza? Existen 5 trucos que de aprender a identificarlos, nos convertiremos en auténticos expertos. El primero es saber identificarlos por la forma de la pata. Así que si nos ponemos frente a una ristra de jamones, hay tres premisas que no fallan a la hora de identificar un buen jamón ibérico: Debe ser alargada, más estrecha que otras y la pezuña debe ser negra.
En segundo lugar, hay que fijarse en el precinto que envuelve al jamón ibérico. Y es que existe una normativa que obliga a los productores a envolver la pieza de un color, según el tipo de jamón que sea. En este sentido, el auténtico jamón ibérico cien por cien de bellota, debe ir envuelto de color negro. Si es ibérico pero no cien por cien, puede ir de color rojo. Sin embargo, si va envuelto de color blanco o amarillo, es un jamón serrano.
PUNTOS FUERTES DEL PRODUCTO
Si nos ceñimos al producto en sí, una vez que se ha abierto, también hay formas de averiguar si es un buen jamón ibérico. En este sentido, hay que guiarse mucho de lo que transmita a nuestros sentidos. Por ello, un buen aliado puede ser el olfato. Y es que el olor del jamón ibérico, es muy característico. Tanto es así, que al olerlo, debemos identificar un olor bastante intenso y penetrante. Algo que no ocurre con el jamón serrano.
La vista puede ser el segundo de nuestros sentidos aliados. Así pues, si por ejemplo vamos a comprar el jamón ibérico al corte, la loncha primera que veamos, nos puede dar pistas sobre la calidad del mismo. A diferencia del color del jamón serrano, el ibérico es de un color rojo más intenso. De hecho, conforme más porcentaje de ibérico tenga, más intenso será el color. Por tanto, el jamón ibérico cien por cien es de color rojo vino.
El último truco para averiguar si un jamón ibérico es bueno, está en fijarnos en cómo es su grasa que desprenda. Y es que un buen jamón ibérico, no debe tener un porcentaje muy alto de grasa. Así que si al cortar una pata, la pieza está rodeada de más grasa que carne, podrá ser una pieza de jamón serrano.