Alejandro es un joven con un 99% de discapacidad, que tiene parálisis cerebral. Vive en una vivienda social del Perchel en Málaga, junto a sus padres Inmaculada y Juan José. El piso está situado en un primero, lo que hace prever que no existe un gran problema.
Es entonces cuando aparecen los 32 peldaños que separan la puerta de su domicilio con el portal del bloque, una distancia insalvable si se tiene en cuenta que no hay ascensor.
Su padre Juan José, durante los últimos 17 años, ha subido y bajado a su hijo por los 32 escalones a hombros, pero a medida que el joven va creciendo, la dificultad aumenta «Antes era pequeño y más o menos lo manejábamos, pero ha llegado un momento en que ya no podemos», explica Inmaculada Sarmiento, madre de Alejandro a LaSexta.
Pero ahí no acaban las barreras. La casa, cuenta con dos plantas, por lo que, no solo se encuentra limitado para salir a la calle, sino que tampoco pueden usar los dormitorios de la planta superior: «El niño duerme en la cama y nosotros dos abrimos el sofá cama y aquí dormimos» cuentan con la voz entrecortada.
La pareja lleva pidiendo una vivienda en una planta baja desde que su hijo nació, algo que, lamentablemente no han conseguido tras 17 años de espera. Además, uno de los requisitos importantes es que la vivienda debe estar situada cerca del hospital, ya que no tienen vehículos para desplazarse con Alejandro.
Desde la Junta de Andalucía se han comprometido a ofrecerles ayuda en la búsqueda de una vivienda que se adapte a sus necesidades, aunque por ahora no ha habido éxito. Por lo que, hasta el momento, tendrán que seguir superando esa barrera de 32 peldaños.
Eso sí, tanto Inmaculada como Juan José se muestran muy agradecidos con la caridad de la asociación de vecinos del barrio, quienes llevan años ayudándoles con comida, pañales y haciéndose cargo de las facturas de luz y agua.