A la vuelta de la esquina nos vuelve a esperar un verano lleno de alegría, buena comida y descanso que debemos aprovechar al máximo si queremos aprovechar bien este nuevo tiempo. Y siempre hay espacio para un buen helado durante las semanas estivales. La cuestión es que más allá de poder comérselo fuera, también nos queda siempre la opción de poder conservar el helado en casa, pero ¿sabemos cómo debemos conservar el helado sin que se nos ponga demasiado duro?
En condiciones normales, todas las personas acuden al congelador con el objetivo de poder comerse un buen postre en forma de helado, en muchas ocasiones.
Vainilla, fresa, chocolate, el sabor a veces es casi lo de menos. El tema está en cogerlo lo antes posible con el objetivo de que cuando lo comamos no esté ni muy blando ni muy duro.
Si tendemos a tener un congelador de baja temperatura, algo que tampoco tiene mucho sentido, no encontraremos nuestro helado en las mejores condiciones.
Igual ocurre cuando se congela a tope a la misma temperatura, por ejemplo, que la carne o el pescado que tengamos en nuestro electrodoméstico a grados bajo cero.
¿Por qué es importante conservar la cremosidad de nuestro helado?
Muchas personas se están atreviendo incluso a poder crear sus propios helados desde la nada, con interesantes apuestas a nivel casero con el objetivo de satisfacer todos los paladares.
Pasa que muchas personas siguen prefiriendo también los conocidos helados de marca, ya sea de palo o de tarrina, que de alguna forma son la solución más sencilla para un martes de agosto.
Ahora bien, no todo el mundo sabe cuál es la mejor manera de conservar uno o varios de estos helados sin que éstos pierdan la cremosidad que deben mantener en cualquier momento.
La cremosidad es un asunto diferencial al final, porque no es lo mismo tomarse un alimento de una manera que de otra, claro. Y en la cremosidad está siempre el placer.
¿Cómo conservamos la cremosidad de nuestro helado en un congelador?
A la hora de poder conservar el helado frío, pero no demasiado frío, ni muy poco frío, debemos seguir unos pasos fundamentales que nos ayudarán a tener la mejor cremosidad de nuestro helado:
- Debemos evitar la rotura de la cadena del frío, para no hacer trizas la textura
- Luego, llegamos a nuestra tienda con una bolsa térmica para que el helado se exponga a temperaturas altas lo menos posible
- Cuando llegues a casa, lo metemos en el congelador
De alguna forma, las bolsas térmicas y herméticas ayudan a conservar el frío, sin que se dañe lo importante. Son las mismas que podemos usar para carne o pescado.
Los expertos señalan que si introducimos los helados en esas bolsas, podremos conservar no sólo su cremosidad, sino también sus cualidades organolépticas.