Los autónomos sufrirán una serie de cambios en materia fiscal en 2024. Y aunque estos cambios no son frutos de medidas actuales, entrarán en vigor llegado el próximo año. Realmente, fue en septiembre de 2022 cuando desde el Ministerio de Hacienda y Función Pública se presentaron una serie de novedades que entraron en vigor llegado el 1 de enero de 2023. Sin embargo, al no tener dichos cambios fiscales carácter retroactivo, deberán aplicarse en la Declaración de la Renta de 2024.
Entre los cambios llevados a cabo desde el Gobierno y el ministerio pertinente, cabe destacar la modificación en el mínimo para tributar. En adelante, este importe ya no será de 14.000 euros sino que se ampliará hasta los 15.000. Esto significa, que únicamente los autónomos que obtengan ingresos superiores a dicha cantidad, independientemente del número de pagadores, tendrán la obligación de realizar la Declaración de la Renta.
Pero además, 2024 contará con otras medidas que repercutirán positivamente en los autónomos. Y es que además de la modificación en el mínimo para tributar, debe contarse que en la deducción fiscal en el IRPF, habrá una mejora de 5 puntos porcentuales para los rendimientos netos de los trabajadores por cuenta propia que tributen por el sistema de módulos. Del mismo modo, habrá un incremento hasta alcanzar el 7 por ciento en los gastos de difícil justificación.
LOS AUTÓNOMOS RECLAMAN MÁS
Las medidas anteriormente citadas que entrarán en vigor para los autónomos en 2024, serán muy positivas para el sector. Y es que cualquier cambio en materia fiscal que les conceda más margen, será bienvenido entre los trabajadores de este colectivo. Sin embargo, muchos de ellos reclaman que aún queda mucho por hacer. Que pese a que gran parte de la economía dependen de los trabajadores por cuenta propia, aún no se han tomado las medidas suficientes para ayudarlos.
Si hay alguien que sabe que estas medidas aunque bien aceptadas, no son suficientes, son los propios autónomos. De este modo, desde la Asociación Española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios (ASEFIGET), tras analizar todos los cambios llevados a cabo, han concluido que estas medidas son insuficiente. Además, instan a las administraciones a que para tener «un sistema fiscal más justo progresivo y redistributivo, y tendente a fomentar el emprendimiento», deben diferenciar entre el trabajador autónomo y el pequeño empresario.
Y es que han puesto sobre la mesa que hay grandes diferencias entre los autónomos según su actividad profesional y la cuantía de ingresos que perciben. Por este motivo, desde ASEFIGET abogan a que lo más justo sería que se les tratara de forma diferente. Del mismo modo, solicitan que se desarrolle un panorama fiscal y jurídico que tienda a:
- Crear un entorno fiscal y jurídico que apoye incondicionalmente el emprendimiento.
- Mejorar el acceso a la financiación, formación y reducción de los trámites burocráticos.
- Reformar la Ley de la Segunda Oportunidad para que fuera más directa, con menor tiempo, mejor acceso y mayores facilidades en los planes de pago para todas aquellas deudas que no se puedan ‘anular’. Una ley de segunda oportunidad sólo será merecedora de dicha denominación cuando efectivamente otorgue una segunda oportunidad, facilitando el pago de todas deudas contraídas mediante planes eficientes y realistas, así como abriendo y señalando el camino hacia una segunda oportunidad empresarial real.
- Establecer una diferencia de tratamiento fiscal para los trabajadores autónomos, este es un paso fundamental para que puedan desarrollar su negocio con una mayor efectividad.