El running y la superación van unidos de la mano, y esta historia es otro claro ejemplo de ello. Nate Viands de tan solo ocho años, ha corrido su primer maratón en un tiempo espectacular: 3 horas y 32 minutos en la Maratón de Baltimore, sin embargo, este hito no es su mayor mérito.
La leucemia se cebó con Nate cuando tan solo tenía cuatro años. Fatiga, palidez, ojeras, temperatura anormalmente baja… Sus padres no descasaron hasta hallar lo que tenía su hijo y la peor noticia se confirmó, el pequeño tenía leucemia. Ahí es donde empezó el verdadero maratón para un Nate.
El chico siguió con su vida y con este duro proceso se terminó enganchando al deporte. Tras un par de años de quimio, Nate lo había conseguido, había superado el cáncer. Los médicos recomendaron a los padres que Nate hiciera deporte, saliera y estuviera en la naturaleza. Dicho y hecho, así comenzó el pequeño a montar en bici con su padre, un corredor habitual.
Uno de los días, padre e hijo se dieron cuenta de que habían olvidado la bici de Nate en casa, por lo que la única manera de acompañar a su padre era corriendo. «Lo peor que podía pasar es que dieramos la vuelta al menor síntoma de que estaba ya fatigado», cuenta el padre del precoz maratoniano.
A partir de aquí, el chico comenzó su historia de amor con el running. Nate tiene unas condiciones fuera de lo normal para este deporte, hasta el punto de que decidió correr un maratón con su padre, que tan solo le pudo acompañar 12 kilómetros de los 42 de los que constaba la carrera, ya que el ritmo de Nate le llevó a terminar en 3h 32’ y en el puesto nº55 de la general en el Maratón de Baltimore.