La nadadora paralímpica, Sümeyye Boyac, nació sin brazos causa de una de una agnesia bilateral congénita y también con la cadera dislocada, sin embargo, sus capacidades físicas no han servido como límite para una auténtica luchadora.
Por ello, Barbie, por el Día Internacional de la Mujer, ha decidido inspirarse en la historia y físico de esta nadadora de tan solo 17 años. Pese a haber nacido sin brazos, Sümeyye piensa que tiene «alas que nadie ha visto» por la gran destreza y velocidad que la deportista tiene cada vez que se sumerge en el agua.
La ausencia de sus brazos no le ha impedido a la joven turca realizar ningún deporte ni ninguna actividad. «Dibujé mi primera rosa cuando tenía cuatro años. Mi madre tuvo que creerme porque no había nadie más en casa. La gente puede hacer lo que quiera. No hay nada que no puedan hacer aunque tengan una limitación. Lo importante es ser feliz», confesaba al diario turco ‘Uistekadinlar’.
«En mi tiempo libre diseño ropa. No sólo hago el dibujo, sino que también coso los vestidos. Empecé a coser la ropa que diseñé con una máquina de coser, pero también puedo coser con mis pies sin usar una máquina», explica.
Boyac es clara al hablar sobre su condición: «La ausencia de mis brazos no me impide hacer nada. Quiero que todas las personas con un impedimento piensen así y se aferren a la vida», recalcaba para el medio turco.
La deportista lleva nadando desde que tenía cinco años y con tan solo 13 años debutó en su primera competición oficial. Cuatro años después, Sümeye sigue al pie del cañón y demostrando que las barreras están para saltarlas, y en su caso para nadarlas.
«Para mí este deporte lo es todo. Es una gran terapia. En el agua, me siento más libre que en cualquier otro lugar». Ahora, la joven deportista prepara con ilusión y ganas los próximos Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, donde debutará en la categoría S5 (personas con amputaciones o limitaciones en los miembros superiores) en estilo libre, espalda y mariposa.