La historia de Matías y Santino bien daría para una película. Matías Devincenzi lleva nueve años como enfermero en el hospital Eva Perón de la ciudad argentina de San Miguel de Tucumán. Ser padre no pasaba por su cabeza pero, en febrero de 2017, su pensamiento cambió al ver a Santino.
En declaraciones ofrecidas a TN.com.ar, Matías informaba que el bebé fue abandonado por sus padres a los pocos días de nacer, «tenía un problema uronefrológico y malformaciones en pies y manos de nacimiento. A mediados de marzo, sufrió una infección y quedó internado en terapia intensiva, pero yo no estaba porque me había tomado unos días de licencia».
Cuando el bebé se encontraba internado en el centro donde trabajaba Matías, el enfermero hizo una promesa, si el pequeño abría los ojos, se lo llevaría a casa con él. Fue entonces cuando se produjo el milagro. «Los abrió y sentí que era una señal. Inmediatamente me asumí como su papá y comencé a averiguar sobre la adopción».
El joven enfermero pensó que ser varón y estar soltero podría dificultar el trámite; aun así, pasó todas las entrevistas sociales.El pasado 20 de febrero Santino cumplió dos años. Según « La Gaceta», una de las primeras palabras que aprendió a pronunciar fue «papá».
«Hubo una conexión desde el primer día que nos conocimos. Cuando me preguntan por qué lo adopté, la respuesta es simple: él me eligió a mí», concluye Matías Devincenzi.