La difícil situación de una campeona de halterofilia y su hija con una discapacidad del 98%

Shella Badaseraye, que conquistó tres oros en el último Campeonato de España de halterofilia, habla sobre la difícil situación que atraviesa junto a su hija

La vida a veces nos pone en situaciones complicadas, difíciles de llevar. Es el caso de Shella Badaseraye. Desconocida para muchos, pero conquistó tres oros en el último Campeonato de España de halterofilia. Ella pensaba 100 kilos, pero la llegada de su hija Anahí le cambio todo.

Hace 14 años, Shella sufrió un ataque epiléptico que estuvo a punto de costarle la vida y comenzó a hacer deporte. «En ese momento no tenía diagnóstico aún y yo pesaba 100 kilos. Vivía en un tercer piso sin ascensor, me dio una crisis de ansiedad, no supe reaccionar y tuve que pedir ayuda a una vecina. Decidí entonces que me iba a cuidar físicamente por si se repetía y tenía que salir corriendo con ella. No pude atender a mi hija«, asegura Shella Badaseraye a Marca.

Este suceso coincidió con el nacimiento de su hija, que tiene parálisis cerebral y una discapacidad del 98%, que vino provocada por una negligencia médica en la recta final del embarazo. A esto hay que sumarle el tiempo que tardaron en darle el diagnostico. «Fue un error tras error», afirma la madre. Ella confirma que desde los tres meses se sabía que a la pequeña le pasaba algo, pero en las revisiones los médicos le decían que pasaba nada, que era una «paranoica».

Shella Badaseraye

Shella Badaseraye afirma en Marca que su hija no reaccionaba a los estímulos como otros niños, ni tampoco podía aguantar su cabeza. Sin embargo ella no ha parado de luchar para buscar lo mejor para su pequeña, que pasó de ser una niña vegetal a poder comunicarse. Su hija es el mayor logro de su carrera, como ella misma afirma.

Una situación difícil

Pero todo esos tratamientos para que la pequeña Anahí mejore tienen un alto precio. Logopedas, terapias, fisioterapiasy mucho más cada mes. Más de 800 euros de gasto necesario, por los 350 que recibe Shella de ayuda. Unos gastos que la atleta no puede compaginar con la subida del alquiler. Difícil situación. Al borde del desahucio. 

De hecho, como recoge Marca, Shella Badaseraye se marchará a casa de su tío el próximo 26 de enero mientras busca otra solución. Mientras, el deporte sigue siendo su gran estímulo junto a su pequeña.

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