El reconocimiento de una incapacidad permanente implica el cobro de una pensión mensual en la mayoría de los casos. Existe la excepción de la incapacidad permanente parcial, que consiste en una indemnización de pago único.
Cuando la incapacidad permanente deriva de accidente de trabajo o enfermedad profesional, la pensión se devenga en 12 pagas durante el año. Sin embargo, cuando deriva de accidente no laboral o enfermedad común, se devenga en 14 pagas anuales, con dos pagas extraordinarias.
Beneficios fiscales para beneficiarios de una incapacidad permanente
Uno de los beneficios de obtener una incapacidad permanente es que se establece una asimilación de discapacidad del 33% para la persona en cuestión. Esta asimilación tiene ventajas en el ámbito laboral y también beneficios a nivel fiscal.
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Por tanto, según los expertos de ‘CampamanyAbogados’, especialistas en incapacidad laboral, estos son algunos de los beneficios fiscales más importantes para un trabajador por cobrar una incapacidad permanente en España:
- Las pensiones de incapacidad permanente absoluta y la Gran Invalidez no tributan por el impuesto del IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas).
- Exención de pagar tanto el impuesto de circulación como el impuesto de matriculación en el caso de adquirir un vehículo adaptado.
- Bonificaciones en el IBI en algunas ciudades o Comunidades Autónomas.
- Deducciones adicionales en el IRPF por otros ingresos compatibles con las pensiones de incapacidad permanente.
Estos beneficios fiscales se aplican simplemente por el hecho de tener reconocida una incapacidad permanente en España. También existen otros beneficios fiscales a los que se pueden acceder, aunque para ello es necesario tener concedido un grado de discapacidad igual o superior al 33% por los Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma correspondiente.
Beneficios laborales para personas con incapacidad laboral permanente
En determinadas ocasiones, una pensión de incapacidad permanente se puede compatibilizar con el desarrollo de una actividad laboral. Todo depende del grado de incapacidad y la situación de cada persona en cuestión.
Así, el reconocimiento de una incapacidad laboral permanente también implica la asimilación de una discapacidad igual al 33% en el ámbito laboral. Es decir, las personas que tienen reconocida una incapacidad permanente pueden acceder a las ofertas de empleo, tanto públicas como privadas, que se dirigen a las personas con discapacidad.
Cobrar una incapacidad permanente significa que un ciudadano presenta limitaciones importantes para desarrollar su profesión habitual o cualquier actividad laboral, debido a una lesión o enfermedad. Es decir, a priori, no es una situación agradable para nadie.
Sin embargo, el sistema contempla diferentes beneficios o ventajas para las personas que tienen reconocida una incapacidad permanente. Esto es así, precisamente, para compensar esta situación de dificultad por la que atraviesan miles de personas.
En este sentido, además de los beneficios fiscales descritos con anterioridad, las personas que cobran una incapacidad permanente también disponen de diferentes beneficios sociales y económicos a los que pueden acceder.
Por ejemplo, las personas perceptoras de una pensión de incapacidad permanente pueden llegar a cobrar el complemento para reducir la brecha de género en las pensiones; siempre que cumplan con los requisitos exigidos por parte de la Seguridad Social.
Además, si la persona beneficiaria de la incapacidad permanente absoluta necesita ayuda para desarrollar las actividades básicas del día a día, también es posible recibir un complemento adicional denominado complemento de Gran Invalidez.