María José Ortiz es una malagueña tetrapléjica que necesita una silla de ruedas eléctrica para desplazarse. Sin embargo, el pasado 22 de julio de 2025 un ladrón le robó el motor de su silla eléctrica. Este hecho ha supuesto un gran perjuicio para esta mujer con discapacidad.
No se trata de únicamente un delito, sino de una acción inmoral que provoca importantes consecuencias para otras personas. El motor de una silla eléctrica tiene una función imprescindible para muchas personas dependientes.
Roban a una persona con discapacidad en Málaga
Los compañeros de ‘Canal Sur’ han visitado la casa de María José para conocer de primera mano cómo sucedieron los hechos. Prácticamente en un abrir y cerrar de ojos alguien le robó el motor de su silla de ruedas eléctrica.
La silla de ruedas eléctrica es imprescindible en el día a día de María José desde hace 5 años. Esta silla eléctrica se convirtió en sus manos y sus piernas tras sufrir un accidente de coche que le ocasionó una grave lesión medular.
Hace tan sólo una semana, la vida le cambió a María José, ya que perdió el motor que activa el funcionamiento de su silla de ruedas eléctricas. Ahora está prácticamente encerrada en casa, sin poder salir por sus propios medios.
En concreto, la silla de ruedas eléctrica le ofrece a esta mujer con discapacidad algo de independencia. Por tanto, este robo le ha provocado un importante perjuicio en su vida diaria.
El motor de la silla eléctrica cuesta unos 5.000 euros
Como cualquier día, María José llegó al garaje de su casa. Antes de entrar en el interior de la casa, su madre bajó la ‘Batec’ del coche y acompañó a María José al interior del domicilio. En ese pequeño periodo de tiempo, alguien procedió a robar el motor de la silla eléctrica.
La ‘Batec’ es la pieza especial que se acopla en la silla de ruedas y que le permite desplazarse con comodidad. Es decir, se trata de un elemento fundamental para otorgar cierta dependencia a María José en el contexto de su discapacidad.
Este pequeño motor pesa unos 14 kilos y tiene un precio aproximado de 5.000 euros. Por tanto, todo hace indicar que el ladrón tenía conocimiento sobre el valor económico que tiene este tipo de motores.
Aunque le han prestado otro motor, no le sirve para su silla de ruedas. Debido a esta desagradable situación, María José Ortiz confiesa que «me han robado mi independencia».
Para las personas con movilidad reducida, como es el caso de María José, contar con una ayuda adecuada es fundamental para el día a día. En este sentido, los motores eléctricos constituyen un avance tecnológico de gran valor para las personas con discapacidad.