La vitamina D es también conocida como la vitamina del sol, ya que su principal fuente de obtención es la radiación solar. En menor medida, también se pueden aumentar los niveles de esta vitamina mediante la ingesta de determinados alimentos o incluso tomando suplementos vitamínicos.
En concreto, la vitamina D es uno de los nutrientes más importantes para el funcionamiento del organismo en general. Si bien, es clave para la correcta absorción de calcio y la salud de los huesos.
Pero el organismo también necesita vitamina D para el adecuado funcionamiento del sistema inmune, el movimiento de los músculos o para que los nervios puedan transmitir mensajes entre el cerebro y otras zonas del cuerpo.
Qué parte del cuerpo absorbe mejor la vitamina D
Como hemos argumentado anteriormente, la mejor fuente de obtención de la vitamina D son los rayos del sol ultravioletas. A través de la exposición de la piel a la radiación solar, el cuerpo tiene la capacidad de aumentar los niveles de esta vitamina mediante un complejo proceso.
En este proceso participan diferentes elementos, entre ellos el colesterol, que en cantidades normales es una sustancia clave para el funcionamiento del organismo.
Sin embargo, no se debe exponer la piel al sol de cualquier manera con el objetivo de aumentar los niveles de vitamina D. Para ello, es necesario tener en cuenta una serie de precauciones.
Con exponer la piel al sol no nos referimos únicamente a tomar el sol en bikini o bañador en la playa o la piscina. Simplemente se pueden aprovechar los rayos de sol en un parque o una terraza en otros periodos del año.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tomar el sol entre 15 y 20 minutos al día en estaciones calurosas del año, como la primavera o el verano. Así, las zonas del cuerpo que mejor absorben la vitamina D son la cara, brazos y piernas.
Por tanto, únicamente con exponer brazos, piernas y/o cara al sol durante unos 20 minutos al día conseguiremos aumentar los valores de vitamina D.
En cualquier caso, es importante evitar la sobreexposición a la radiación solar. Y es que el exceso de rayos ultravioletas del sol pueden causar daños en la zona cutánea como quemaduras, ampollas e incluso constituyo un factor de riesgo elevado de desarrollar cáncer de piel.
Además, los expertos recomiendan utilizar protector solar a la hora de tomar el sol, ya que ayudará a proteger a nuestra piel de los posibles daños de la radiación e igualmente podremos aumentar los niveles de vitamina D.
La vitamina D en la alimentación
Según los expertos en la materia, el 80% de los valores de vitamina D proceden de los rayos ultravioletas del sol, mientras que el porcentaje restante procede de los alimentos y suplementos vitamínicos.
La ingesta de alimentos como pescados azules (sardinas, atún, salmón, arenques, caballa…etc.), marisco, champiñones, yema de huevo, aguacate o productos lácteos enriquecidos también ayudan a incrementar los niveles de esta vitamina.
Una última opción se encuentran en los suplementos vitamínicos. No obstante, el tratamiento con suplementos siempre debe contar con la supervisión de un especialista médico.