Las asociaciones navarras de la discapacidad han recurrido a las nuevas tecnologías para seguir prestando atención ante la actual crisis de coronavirus, pero está trabajando ya en el escenario de vuelta a la atención directa a las personas.
En ese sentido, la federación de asociaciones de personas con discapacidad física y orgánica de Navarra (Cocemfe), ha demandado a la Administración «protocolos para retomar cuanto antes la atención directa social y sanitaria con seguridad y paliar la factura tanto física como psicológica que está dejando el confinamiento, principalmente en personas con enfermedades degenerativas».
Hasta ahora, Cocemfe y sus 18 entidades federadas han recurrido a videoconferencias, app, jornadas virtuales o seguimientos telefónicos para atender a este grupo social. Incluso han dejado hojas de ejercicios en los buzones para combatir la brecha digital.
«Las necesidades no desaparecen por quedarse en casa y nuestra responsabilidad es acompañarles desde la distancia, continuando los servicios en áreas como autonomía personal, psicología, empleo, vida independiente, formación, sensibilización», ha explicado en una nota Manuel Arellano, presidente de la federación.
De esta forma, ofrecen a las personas un abanico de posibilidades para «intentar que el confinamiento tenga el menor impacto posible en las personas con discapacidad», si bien ya está dejando «una factura importante tanto física como psicológica, principalmente en personas con patologías musculodegenerativas o neurodegenerativas, quienes necesitan una terapia continuada y en pacientes con síntomas predominantes como apatía o depresión».
Que el confinamiento tenga «el menor impacto»
Arellano ha señalado que «el trabajo desplegado en casa está sirviendo a muchas personas para mantener su estado de salud física y mental, pero en casos como párkinson, esclerosis, ELA o alzhéimer esto no es suficiente y necesitan poder acceder lo antes posible a las terapias presenciales». En este sentido, ha afirmado que la atención directa es «la esencia del sector social».
Por ello, las asociaciones han demandado a las administraciones «protocolos sociosanitarios» en todos los ámbitos para retomar la atención directa, «garantizando la seguridad tanto de profesionales como pacientes», y «dar salida al cuello de botella de citas médicas, tratamientos y operaciones pospuestas, sin olvidarnos de la población infantil con discapacidad». «Necesitan apoyos, además, en el entorno educativo como actividades adaptadas, más materiales, adaptación curricular y una atención individualizada, porque la escuela es mucho más que la adquisición de conceptos», ha señalado Cocemfe.
La federación ha explicado que vislumbra el día después del confinamiento «con optimismo pero al mismo tiempo con preocupación». «Optimismo porque vamos a retomar la atención directa, llenando las agendas de sesiones personales, jornadas, campañas. Pero al mismo tiempo, inquietud por el escenario al que se enfrentarán las personas con discapacidad y por la propia supervivencia de las asociaciones que les apoyan», ha afirmado Arellano.
La federación ha advertido de que «no podemos permitir que otra vez paguen la factura de esta crisis las personas con discapacidad, en forma de copago, destrucción de empleo, recorte de derechos y menos recursos para el tejido social».
«Importancia de los cuidados y los autocuidados»
Precisamente, ha continuado Arellano, «esta pandemia nos ha servido para darnos cuenta de la importancia de los cuidados y los autocuidados para mantener una base mínima de calidad» dentro de «un estado del bienestar cimentado, con buenos servicios de salud, educación o atención social».
Para Arellano, «mantener los pilares del estado de bienestar debe ser prioritario si queremos una sociedad que continúe avanzando en el ámbito social contando con las personas más vulnerables y sin dejar a nadie atrás». «La visibilización de los cuidados en todas las etapas de la vida, llevado a cabo en gran parte por mujeres y en condiciones precarias de contratación, si no es un familiar, permitirá también la mejora y dignificación de la atención y la promoción de la autonomía en unos momentos en los que la crisis nos afecta más que nunca», ha afirmado.
En conclusión, según Arellano, «la solución a la crisis no puede pasar por desmantelar el sector social, sino por promover que administraciones y entidades sociales trabajen de la mano para conseguir que las personas con discapacidad encaren su futuro en las mejores condiciones sociales y personales, promoviendo su autonomía y evitando situaciones de dependencia».
Para ello, el presidente de la federación ha asegurado que «las entidades sociales debemos tener garantizada la viabilidad económica a través de subvenciones, contratos o convenios, ya que hemos seguido prestando servicios pese al parón de las convocatorias de ayudas» y ha confiando en que «los plazos se agilicen al máximo para evitar la desaparición de las mismas».
Por último, Arellano ha abogado por un mensaje optimista en la salida de la crisis sanitaria, descartando «discursos de miedo e incertidumbre». «Animamos a toda la sociedad y a las Administraciones a creer que de manera colectiva y colaborativa podremos desplegar nuestra mejor versión tanto individual como colectiva sin dejar a nadie atrás», ha afirmado.