Tomar el sol en verano puede tener importantes beneficios para la salud. Sin embargo, el uso de protector solar debe es fundamental para el cuidado de la piel y evitar los posibles daños que pueden causar los rayos ultravioletas del sol. Si bien, hablamos de la mayor fuente de vitamina D.
El verano es una época del año idónea para tomar el sol y mejorar nuestros niveles de vitamina D. No obstante, es conveniente limitar la exposición solar, ya que podría ser perjudicial en diferentes aspectos y es considerado el principal factor para el desarrollo de cáncer de piel.
Precisamente, el pasado 13 de junio se celebró el día Europeo de la Prevención contra el Cáncer de Piel. Y es que es más necesario que nunca concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de no abusar de la exposición solar, especialmente en los meses durante los días de playa o piscina.
En este sentido, el doctor Julián Conejo-Mir, director de la Unidad de Gestión Clínica de Dermatología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, explica en una entrevista para ‘Infosalus’ los beneficios y los daños que puede causar en la salud la exposición solar.
«Estamos en un ambiente hostil. Tenemos hoy en día un problema serio porque por la evolución natural somos blancos, y la idea que nos venden de vida saludable consiste en vivir al aire libre, ver la luz, estar en el campo, hacer deporte en exteriores, y que nos dé el sol para la vitamina D, tan necesaria. Pero esta idea del siglo XXI de vida saludable es contraria a la idea de piel saludable», avisa el especialista en dermatología.
Perjuicios del sol para la piel

Este dermatólogo andaluz manifiesta que «vivimos en una disyuntiva y tenemos que tener mucho cuidado con el sol. La Covid está teniendo lugar en un momento en el que el calentamiento global va a hacer que aumenten 2-3 grados la temperatura de la Tierra para 2050. Esto supone más horas al sol, más calor, todo más desértico, menos arboleda, y con la Covid, que el ser humano tiende a vivir más en el campo, a estar más tiempo al aire libre, a más hacer deporte en el exterior».
En este sentido, el doctor Julián Conejo-Mir piensa que tras este verano aumentará la radiación lumínica, debido a que desde muchos ámbitos nos imponen una vida saludable en el exterior. Así, advierte que en el futuro próximo podrían aumentar los casos de cáncer de piel.
Al respecto, deja claro a la sociedad que «la exposición solar es una radiación magnética que llega a nuestra piel y para ella la radiación ultravioleta es como las radiaciones nucleares de Chernóbil, pero más lentas, aunque también producen mutagénesis. Es decir, cambios y mutaciones en los genes y a la larga cáncer de piel».
Relación con el cáncer de piel
Desde la American Cancer Society señalan que las últimas investigaciones apuntan a dos formas principales por las que los rayos ultravioletas del sol están asociados al cáncer de piel. Si bien, también matizan la probabilidad de que exista cierta superposición entre ambas:
1. Exposición solar en la niñez y adolescencia: Según explican desde la American Cancer Society, las personas con cáncer de piel normalmente tienen un historial de luz solar intensa o quemaduras durante la niñez o adolescencia.

«Esta exposición temprana al sol puede causar daño al ADN (genes) en las células de la piel llamadas ‘melanocitos’, lo que las conduce a una ruta para convertirse en células de melanoma muchos años después. Algunos médicos creen que esto pudiera ayudar a explicar por qué los melanomas a menudo ocurren en los muslos (en mujeres) y el tronco (en hombres), áreas que no están generalmente tan expuestas al sol durante la edad adulta», aclara el doctor Conejo-Mir.
2. Exposición solar crónica: El origen de la mayoría de melanomas (cáncer de piel) suceden en la cara, cuello o brazos. Hablamos de partes del cuerpo muy expuestas al sol, especialmente recurrentes en hombre que trabajan al aire libre.
Por otra parte, otro gran factor de riesgo para el cáncer de piel son los antecedentes familiares. Es decir, influye la genética. «Hay personas con mutaciones de varios genes que tienen mucha predisposición al carcinoma basocelular (genes ‘patched’). Y también, en el melanoma, el gen ‘braf’, que puede producir una mayor incidencia de cáncer de piel, y el ‘CDKN2A'», argumenta Conejo-Mir.
En definitiva, este especialista en dermatología recomienda tomar el sol únicamente 5 minutos a la semana para prevenir el cáncer de piel. «Esto es saludable, porque con esto tienes la vitamina D que te hace falta».