La pensión de incapacidad permanente es un tipo de pensión contributiva dirigida a paliar la pérdida de ingresos que sufre un trabajador a causa de una lesión o enfermedad que reduce o anula su capacidad laboral. Sin embargo, la percepción de este tipo de pensión puede quedar supeditada a otros factores claves.
Cuando la incapacidad deriva de accidente de trabajo, enfermedad profesional o accidente no laboral, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) no exige ningún requisito de cotización. Sin embargo, si deriva de enfermedad común, es necesario que se cumplan ciertos requisitos de cotización.
Pensión alternativa a la incapacidad permanente
Las personas que no pueden cobrar una pensión de incapacidad permanente debido al incumplimiento de requisitos de cotización, tienen la posibilidad de percibir una pensión no contributiva de invalidez, cuya gestión recae en el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO).
Desde el IMSERSO explican que «el Estado a través de la Seguridad Social garantiza a las personas comprendidas en su campo de aplicación, por realizar una actividad profesional o por cumplir los requisitos exigidos en la modalidad no contributiva, la protección adecuada frente a las contingencias y en las situaciones que se contemplan en la Ley General de la Seguridad Social«.
En este sentido, la pensión no contributiva de invalidez asegura una prestación económica a todos los ciudadanos en situación de invalidez y en estado de necesidad. Esta pensión está configurada para aquellos ciudadanos que no pueden acceder a una pensión contributiva de incapacidad permanente, aunque se encuentre incapacitada para la actividad laboral.
La pensión no contributiva de invalidez del IMSERSO se puede cobrar incluso sin haber cotizado nunca a la Seguridad Social. También habiendo cotizado un número de años insuficiente para tener derecho a la pensión de incapacidad permanente.
Pensión no contributiva de invalidez en 2023
Así, las pensiones no contributivas de invalidez se han revalorizado en un 15% en este año 2023, con respecto a las cuantías de 2022. La pensión no contributiva de invalidez tiene una cuantía anual de 6.784,54 euros en 2023. Esto supone un importe mensual de 484,61 euros al mes (14 pagas al año).
La pensión no contributiva de invalidez del IMSERSO presenta una cuantía mensual considerablemente inferior a cualquier pensión contributiva de incapacidad permanente. Esto es algo que se puede observar a simple vista.
En cualquier caso, para tener derecho a cobrar una pensión no contributiva de jubilación, también se deben cumplir ciertos requisitos. Por ejemplo, tener una edad comprendida entre los 18 y 65 años. Además, es obligatorio tener residencia legal en España. Al respecto, desde el IMSERSO explican que es clave «residir en territorio español y haberlo hecho durante un período de cinco años, de los cuales dos han de ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud».
Igualmente, el IMSERSO exige que la persona beneficiaria tenga ingresos inferiores a 6.784,54 euros. En caso de convivir con más personas, aumenta el límite de ingresos. De esta forma, se tiene en cuenta la suma de todas las rentas de los miembros de la unidad de convivencia.
Finalmente, para tener derecho a percibir una pensión no contributiva de invalidez, es obligatorio tener reconocida una discapacidad de grado igual o superior al 65%. Así lo recoge el IMSERSO en su normativa.