Estoy orgulloso de mi silla de ruedas. ¿Por qué tengo que ocultarla si me da la vida?. En el Día Internacional de la silla de ruedas, Francisco Zuasti destaca la importancia de este producto en las personas con movilidad reducida que la requieran.
Visibilizar la silla de ruedas y su impacto positivo en nuestras vidas, nos pone en la diana de nuestras necesidades. A veces, la silla de ruedas no es suficiente para lograr dicha autonomía, ya que requiere de espacios accesibles, pero sí nos proporciona la movilidad que necesitamos en nuestro día a día.
Las instituciones deben ser consciente de que no nos vale cualquier silla. El hecho de que una silla sea más pesada o de un diseño que no nos favorece la autonomía personal, hace que nos frustremos y nuestra movilidad se vea perjudicada. Por ello, insistimos de la importancia de mejorar el catálogo ortoprotésico y la posibilidad de mejorar el producto hasta conseguir la silla adecuada a nuestras condiciones personales.
Una silla de ruedas manual puede llegar a costar 9.000 euros
Existen silla de ruedas muy básicas a un precio de 200 euros, pero otras, con un diseño ultraligero y de marcas reconocidas, puede llegar a 9.000 euros. Es un precio «fuera de órbita» y deberían ser conscientes de las necesidades del colectivo. Por ello, la administración debería apoyar el acceso a ese tipo de productos.
En otros países como Portugal, o el norte de Europa, las sillas de ruedas las subvencionan al completo, cueste lo que cueste. Incluso en aquellas sillas de ruedas eléctricas que son multifuncionales que pueden llegar los 30.000 euros.
Algo estaremos haciendo mal en España cuando aún se quedan encerradas personas por falta de productos de apoyo y movilidad que le proporcione la independencia, pero para ello debemos, todos unidos, reivindicar estos productos que tanto impacto tiene en nuestras vidas.