A sus 53 años Pepe Baéz vive en una autentica odisea cuando quiere salir a la calle. Tiene ambas piernas amputadas debido a unos problemas de circulación y de diabetes. En busca de ayuda, ha colgado un vídeo en el que muestra las maniobras que tiene que hacer para salir a la calle, arrastrándose por los escalones.
Vive en cuarto piso, «que en realidad es un quinto», sin ascensor. La vivienda se sitúa en la calle Pintor Pedro Bueno, en la Fuensanta (Córdoba). Para ver más casos como este no hay que irse muy lejos, ya que en el mismo bloque vive una persona invidente y muchos abuelos, que sufren una situación parecida.
Y es que en España más de 100.000 personas viven encerradas día a día por falta de accesibilidad, como ya adelantamos desde Todo Disca. En este caso, Pepe Baéz decidió colgar este vídeo debido a un consejo de su amigo y deportista paraolímpico Domingo García.
«Cuando me cortaron una pierna bajaba arrastrándome, pero al año me cortaron la otra y la cosa se puso cada vez más difícil», informa Pepe Baéz al medio El Día. Además, señala que ha aprendido a convivir con su nueva situación física, herencia de largas horas al volante de un camión.
«Tenía problemas de circulación, empecé con dolores en la espalda por el asiento y los bultos que cargaba, luego me vino la diabetes y gracias a dios que se ha parado ahí». Todo ello tras «doce o trece» operaciones, que se dice pronto. Este cordobés vive con su mujer y su hijo.
Una nueva intervención
Actualmente se encuentra a la espera de una nueva operación. Esta consiste en ponerle unos anclajes que le permitan andar por su casa. «El problema seguirá siendo la calle. Al principio me bajaban entre dos, haciendo la carretilla, hasta que un día me dije: palante que si no, me muero aquí en vida».
Desde entonces puede bajar aunque con mucha dificultad. Pero claro, para subir sigue necesitando que le ayuden. Por tal motivo, señala que solo suele bajar cuando «estoy muy desesperado. A lo mejor una vez por semana».
De momento, Pepe Baéz espera alguna ayuda para la instalación de ascensores. De momento, no ha tenido exito. Además, señala que no logró ninguna subvención para adaptar su cuarto de baño. «Me gasté 2.900 euros en arreglarlo, pero ahora no puedo entrar con la silla de ruedas».
«Al Ayuntamiento no he ido porque no soy partidario de ir pidiendo, pero todo el mundo sabe cómo estamos los que vivimos sin ascensor aunque se hagan os locos. La realidad de la vida es dura, para el que la está viviendo», afirma Pepe Baéz.