Los investigadores del Instituto de Agroquímica y Tencología de Alimentos (IATA), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han llevado a cabo un nuevo método para obtener hidroxitirosol, uno de los antioxidantes más potentes del aceite de oliva, que contiene propiedades anticancerígenas, cardioprotectoras, antiinflamatorias y neuroprotectoras.
El hidroxitirosol, además de estar presente en el aceite de oliva, también se encuentra en el vino. Este nuevo hallazgo permitirá a los expertos producirlo en grandes cantidades de una forma limpia y barata.
Los investigadores han desarrollado un microorganismo recombinante muy puro a partir de glucosa, que posibilita rebajar los costes de producción y aumentar el rendimiento del proceso. Una fuente de hidroxitirosol mucho más barata en comparación a la actual, que procede de residuos de la industria olivarera y que tiene difíciles procesos de extracción.
Las ventajas de este hallazgo antioxidante
De esta manera, el equipo investigador ya había comprobado en otro trabajo, en el que estudarion el uso de este microorganismo para producir melatonina, que esta levadora producía también hidroxitirosol, un polifenol presente de forma natural en el aceite de oliva.
«A partir de aquí nos pusimos a investigar si podíamos utilizar este microorganismo como cepa superproductora de hidroxitirosol», cuenta José Manuel Guillamón, experto del IATA-CSIC que lidera el trabajo.
Los investigadores añadieron genes de origen bacteriano, lo que permite la posibilidad a este nuevo microorganismo producir en abudancia la sustancia antioxidante a partir de la glucosa disponible en un medio de cultivo muy simple y barato, rebajando de forma sustancial los costes de producción y su precio en el mercado, que ahora ronda los 10.000 euros por gramo de este compuesto puro, según explica Guillamón.
El hidroxitirosol es uno de los antioxidantes más naturales y más potentes que se conocen. Este tiene muchas propiedades entre las que destacan el descenso en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, la prevención frente a la aparición de ciertos tipos de cáncer, así como propiedades antiinflamatorias y antivíricas.
Sin embargo, otros sectores también podrían beneficiarse de esta nueva molécula. Así, la industria alimentación mira con buenos ojos este descubrimiento, pues se podría utilizar como un aditivo en determinados alimentos y bebidas; o la vinícola, donde el hidroxitirosol podría servir para reducir los sulfitos del vino, mientras aporta propiedades beneficiosas.
El poder del aceite ante el Covid-19
Por otra parte, un estudio impulsado por el Hospital Universitario de Jaén ha evaluado la eficacia de un complemento alimenticio, basado en un extracto de polifenoles de la aceituna, en combinación con la terapia administrada de rutina, para observar la progresión del Covid-19 hacia una afectación clínica severa.
El estudio ha sido aplicado en 60 pacientes con Covid-19 de más de 50 años que han sido ingresados en la Unidad de Medicina Interna y que participan voluntariamente en el estudio. Todos están recibiendo el tratamiento estándar para la enfermedad, pero además se les está administrando dos comprimidos de suplementos cada ocho oras durante tres semanas.
El estudio se centra en la primera etapa de la infección, desde que se producen los primeros síntomas. Se investiga cuántos pacientes evolucionan de sintomatología leve a grave, midiendo los marcadores, que según los datos; estarían detrás de este agravamiento del Covid-19, incluyendo citoquinas ferritina; dímero-D y marcadores antioxidantes, así como trombogenicidad. “Creemos que una actuación en una fase más temprana es muy beneficioso para el paciente de forma directa y para el sistema sanitario de forma indirecta”, subraya Granados.
Durante los últimos años, el aceite de oliva virgen y virgen extra se ha considerado un aliado de los beneficios cardiovasculares. El más solido y de mayor constancia científica es el estudio Predimed, en el que 2.543 pacientes recibieron una dieta mediterránea con aceite de oliva, en comparación de 2.450 que no consumieron dicho aceite. A los cinco años, se observó una reducción del 30% en el riesgo de sufrir un episodio cardiovascular, lo que habla a las claras del gran poder del aceite de oliva en la salud.