Otro nuevo caso de exclusión a una persona con discapacidad y es el tercero que vemos en menos de una semana. Primero fue Inés, quien fue expulsada porque las madres de las dos compañeras de habitación se quejaron. El segundo caso fue el de Marcos, un niño con autismo, que fue expulsado de un campamento.
En este caso el suceso ha tenido lugar en Santa Eularia, en Islas Baleares. La pequeña Clara, de cuatro años, está escolarizada en el aula Ueeco (Unidad Específica Educativa en Centro Ordinario). Aunque su propia madre explica que pasa muchas horas fuera de esa clase, «con los demás, en plena integración».
El Ayuntamiento de Santa Eularia no ha aceptado en ninguna de las tres escuelas de verano que ofrece a las familias en el municipio por esas necesidades. El motivo, según explicaron los padres y confirmó el Ayuntamiento, es que ninguna de las tres cuenta «con instalaciones y profesionales especializados».
Escuela de verano inclusiva
La Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Eivissa y Formentera (Apneef) tenía convenios con otros ayuntamientos para aportar a las escuelas de verano el personal que necesitan estos niños. Sin embargo, como afirma el diario balear, «enviaron un presupuesto a los servicios sociales de Santa Eularia, una propuesta que fue denegada por el Ayuntamiento de Santa Eularia».
«La siguiente noticia que recibimos fue para decirnos que no estaban preparados y que la opción que nos daban era que la lleváramos a la escuela de verano de Amadiba», explica Carmen. Esta opción fue rechazada al considerarla «indignante».
Los padres de Clara no entienden que el Ayuntamiento de Santa Eularia no ofrezca plazas para los niños con necesidades especiales en las escuelas de verano municipales.