Muchas personas piensan que la dieta mediterránea solo destaca por priorizar ingredientes como el pescado, el pan, el tomate o la lechuga. Sin embargo, existe un alimento que destaca por encima del resto y que, según numerosos expertos en nutrición, es el auténtico pilar de este patrón alimentario: el aceite de oliva.
Este es uno de sus productos más representativos, y también el que aporta más beneficios para la salud. Su presencia en la mayoría de platos es una de las razones por las que la dieta mediterránea ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, que se transmite de generación en generación.
El aceite de oliva en la dieta mediterránea
El aceite de oliva virgen extra es una fuente inagotable de grasas saludables, principalmente ácidos grasos monoinsaturados y polifenoles, que ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, reducir el colesterol malo (LDL) y mejorar el funcionamiento del sistema digestivo.
A lo largo de los años, se han realizado numerososestudios que han demostrado que su consumo regular reduce el riesgo de sufrir infartos, diabetes tipo 2 e incluso ciertos tipos de cáncer. Además, el aceite de oliva posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Esto hace que sea un alimento indispensable para favorecer un envejecimiento saludable. Y no solo eso, la riqueza de su sabor y su textura hace que hoy en día se utilice para decenas de usos en la cocina. Por ejemplo, es ideal para aliñar, freír, saltear, confitar o incluso hornear, aportando gusto a todo tipo de platos.
Por qué no hay dieta mediterránea sin aceite de oliva
La dieta mediterránea es una de las más saludables de todo el mundo. Cada alimento que completa este patrón alimentario está lleno de sabor, textura y beneficios para el organismo, dotándolo de una serie de ventajas para los consumidores.
El aceite de oliva está tan integrado en la cultura mediterránea que resulta difícil concebir esta dieta sin él. Además, su papel va más allá de lo nutricional: es un símbolo de identidad gastronómica en países como España, Italia y Grecia.
De hecho, España es el mayor productor mundial de aceite de oliva, y su calidad es reconocida internacionalmente. Es, sin duda, el ingrediente estrella que sostiene la base de una de las dietas más saludables y sabrosas del mundo.
Está presente desde el desayuno, con las tradicionales tostadas con aceite y tomate, hasta la cena, pasando por recetas emblemáticas como el gazpacho, la ensalada griega o el salmorejo. Por esta razón, merece la pena invertir en este alimento en el supermercado, ya que es la base para una dieta rica y completa.