Una mujer de 85 años, viuda y con una discapacidad del 80% duerme desde hace casi dos años en el pasillo de un centro sociosanitario de Las Palmas de Gran Canaria para poder estar cerca de su hijo, que se encuentra ingresado en la unidad de salud mental. Es la única familia que tiene ya que sus otras dos hijas viven fuera de las islas.
Según cuenta el periódico Canarias 7, la mujer con discapacidad prefiere quedarse a vivir en el centro sociosanitario ‘El Pino’, dependiente del Cabildo de Gran Canaria, y estar en una butaca o en la cama plegable que le han cedido sus responsables, a estar sola en su casa.
Se trata de una situación excepcional que la Consejería de Políticas Sociales del Cabildo de Gran Canaria como la Dirección General de Dependencia y Discapacidad del Gobierno canario y la Fiscalía, tratan de dar una respuesta.
La anciana con discapacidad podría pasar por un ingreso no voluntario
Una de las opciones viables que se contemplan es que esta mujer de 85 años pase por un ingreso no voluntario en el centro sociosanitario. Pero para que esto pueda realizarse, se precisa que el Instituto Anatómico y de Ciencias Forenses valore a esta mujer y emita un informe.
Pero los trabajadores sociales creen que esta será una tarea difícil ante la dificultad de hacerle llegar una cita a una casa en la que no vive, ya que se encuentra de forma habitual en el centro junto a su hijo.
El nombre de esta mujer es Francisca M y, aunque recibe una pensión, no puede acceder a través de los cauces ordinarios a una plaza residencial del centro público de gestión privada debido a que no cumple con los requisitos.
Francisca cuenta con un grado de dependencia de grado I y de una discapacidad del 80% que le impide caminar sin el andador. Pero aún así, Francisca no cumple los requisitos que exigen en el centro para su ingreso voluntario, de ahí que se esté planteando un ingreso no voluntario que la mantendría junto a su hijo y que evitaría que tuviera que dormir en un sofá e incluso en el pasillo.