El Observatorio Estatal de la Discapacidad (OED) ha realizado un informe en el que analiza algunos datos de la soledad y las personas con discapacidad. En este informe, en el que se han recogido los resultados de la Encuesta sobre Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia, se ha estiuplado que más de 1 millón de personas con discapacidad viven solas. Asimismo se ha determinado que las personas con discapacidad que viven solas aumenta con la edad, existiendo una mayor proporción en los varones de edades intermedias.
En el informe, la OED ha comparado los más de 1,1 millones de personas con discapacidad que viven solas según el informe EDAD Hogares 2020 con respecto a los 600 mil que se reflejaron en la encuesta anterior de 2008. Así, se ha producido una subida de un «incremento dramático» ya que la soledad no deseada, según explican, «afecta al bienestar emocional y al estado de salud de las personas, situación que no se escoge y que perdura en el tiempo».
En este estudio también se ha determinado que suele haber mayor proporción de hombres de edades intermedias que viven solos que mujeres con las mismas edades.
Las personas con movilidad reducida registran el mayor porcentaje de personas que viven solas
Según el informe, en lo que respecta a los grupos de discapacidad, las personas con movilidad reducida registran un mayor porcentaje de personas que viven solas, al igual que las personas con una discapacidad visual o de audición.
Los porcentajes menores de personas con discapacidad que viven solas se registran en las discapacidades que tienen que ver con el aprendizaje, la aplicación de conocimientos y el desarrollo de tareas. En estos casos, suelen vivir acompañados más a menudo.
Por otra parte, en el documento se valora como “excesivo, adecuado, insuficiente o nulo” el contacto que mantienen con sus familiares y su entorno las personas con discapacidad de 6 y más años. En este sentido, se establece el mayor porcentaje en la categoría de “adecuado” con un 84,4%” entre las personas con discapacidad que viven solas y las personas con discapacidad que viven acompañadas.
En el informe también se revela que las personas con discapacidad que viven solas se ven con amigos, vecinos y conocidos en “un porcentaje ligeramente más alto y con una frecuencia también algo mayor que las que viven acompañadas, y que también tienen un contacto mayor y más frecuente con familiares, amigos o conocidos a través de medios como el teléfono fijo o móvil, el correo electrónico o las redes sociales”.