Resolver un cubo de Rubik no es tarea fácil. Incluso teniendo toda nuestra atención en solo resolver el cubo. Para algunas personas, poner todos los cuadrados en orden una vez en su vida ya es suficiente para entrar en el Libro Guinness de récords mundiales.
Aunque parezca un reto casi imposible de resolver, seguro que te sorprenderá saber que este joven colombiano no solo fue capaz de resolver tres cubos al mismo tiempo, sino que entró en el Libro Guinness de récords mundiales haciendo malabares con ellos. Toda una hazaña para una persona con apenas 19 años.
Siempre se ha dicho que resolver un cubo de Rubik no es cuestión de inteligencia, sino de perseverancia y de, directamente, saber hacerlo, pero en cierto modo hay que tener algo de inteligencia para afrontarlo sin llegar a la desesperación. Y para hacerte un hueco en el Libro Guinness de récords mundiales hay que ser más rápido todavía, claro está.
Batió el récord del Libro Guinness en 30 segundos
Ángel Alvarado, un joven de 19 años nacido en Colombia, no hacía esto de los cubos de Rubik por primera vez. Ha estado entrenando durante mucho tiempo para poder superar sus límites al máximo. El récord lo bajó 30 segundos de su marca original. La primera persona que pensó en hacer este récord fue Que Jianyu, una china de 13 años que en el año 2017 tardó 5 minutos y 6’61 segundos en resolver tres cubos de Rubik haciendo malabares al mismo tiempo.
Años después, concretamente 4, Ángel Alvarado arrebató el puesto a la chica con un tiempo total de 4 minutos y 52’43 segundos. Esto ha supuesto una diferencia de récord de Libro Guinness de más de 30 segundos, una marca muy difícil de batir, aunque puede que para él sea posible.
Entrena todos los días con el cubo de Rubik
El colombiano asegura que todos los días le dedica 2 horas a entrenar. Todo empezó cuando vio que se hacía el récord del Libro Guinness por parte de Que Jianyu, así que decidió probar. Comenzó poco a poco con un cubo y fue añadiendo más hasta llegar a 3.
Durante los días previos a presentarse para entrar en el Libro Guinness de récords mundiales, además de las dos horas de entrenamiento resolviendo cubos le añade una hora de hacer malabares. Gracias a esto, puede conseguir la destreza que necesita.
Él mismo ha declarado que «Yo no soy un genio ni tampoco nací con ningún tipo de talento natural, solamente soy alguien que jamás se rindió.» Por lo tanto, es un gran ejemplo a seguir en cuanto a constancia y trabajo diario, ya que sin estos esfuerzos no habría entrado nunca en el Libro Guinness de récords mundiales.