Empresarios del sector residencial en España exigen al Gobierno que dote a las residencias de mayores de suficientes test para poder realizárselos de manera rutinaria a todos los usuarios y personal para poder dejar salir así a los ancianos residentes en caso de que el próximo 2 de mayo el Gobierno flexibilice el confinamiento en los adultos, como ya se ha hecho con los niños.
Por ello, explican que «se necesita una PCR y los dos test de anticuerpos para que sean los test más rutinarios, sobre todo para la gente que ha pasado ya la enfermedad». A su juicio, saber quién ha pasado ya la enfermedad y quién no ayudaría a las residencias a «gestionar cada caso y las salidas».
Según explica Cubero, la asociación está ya trabajando en siete nuevos protocolos: uno para las despedidas de familiares en caso de fallecimiento de un residente; otro para las visitas; otro para los centros de día; otro para teleasistencia; otro para ayuda a domicilio; un protocolo por si hay un repunte en otoño; y otro para el desconfinamiento.
Sobre este último, Cubero indica que el desconfinamiento dependerá de cada comunidad autónoma y de cada residencia, en concreto de conocer si los residentes están ya curados. Tal y como explica, se determinarán tres tipos de población, tanto en mayores como personal, para saber quiénes podrán salir a los espacios comunes y quién no, así como al exterior para aquellos que ya podían salir antes de la pandemia: aquellos que ya han pasado la enfermedad, aquellos que no la han pasado y aquellos que la están pasando todavía.
«No es algo tan sencillo»
«No es algo tan sencillo, las personas es obvio que necesitan salir de las habitaciones, pero hay que hacerlo con la seguridad debida, estamos hablando de sus vidas», advierte Cubero, que para ello asegura que necesitan realizar test de forma rutinaria para clasificar así a los usuarios en alguna de estas tres poblaciones, pues «el problema no es que salgan, es que pueden volver a meter la infección, el virus».
Así, para el secretario general de AESTE «tendría sentido que salieran aquellas personas que ya han pasado la enfermedad y están inmunizadas». Por ello, augura que en las próximas semanas se intentará fomentar los paseos por el interior de la residencia, en entornos controlados. «Las residencias van a ser las últimas instituciones en liberalizar y tener abiertas todas las puertas y desescalar por la seguridad de los mayores», considera.
1 kilómetro de ida y otro de vuelta para los usuarios
También el presidente de Federación Empresarial de la Dependencia (FED), Ignacio Fernández-Cid, valora positivamente que se piense en los mayores a la hora de reactivar su movilidad, ya que en muchos casos, «el confinamiento les está viniendo verdaderamente mal». «Necesitan médica y físicamente el poder darse unos paseítos», considera el presidente de la FED, que propone un kilómetro de ida y otro de vuelta para aquellos usuarios más autónomos que podían salir al exterior, como ahora se permite en el caso de los mas pequeños.
Si bien, Fernández-Cid entiende que las salidas de los mayores en las residencias son más bien salidas de las habitaciones para empezar a dar paseos por los pasillos del centro de forma individual y con un trabajador de la residencia.
«Estamos empezando a preparar los paseos por el jardín, pero el problema que seguimos teniendo, al no tener tantos test, es difícil tener un mapa de lo que tenemos, de residentes y personal», lamenta Fernández-Cid, que cree que «lo lógico» sería que aquellos que diesen positivo y fueran asintomáticos empezasen a hacer «una vida normal» en la residencia, así como aquellos que ya están inmunizados.
Para ello necesitan muchos test. «Lo que nos falta son los test, van a ser un hecho cotidiano, porque habrá que seguir haciéndolos paulatinamente, sobre todo a los negativos», comenta, pues si hay personas contagiadas pero que no se sabe que lo está por no presentar síntomas, significaría «vuelta a atrás otra vez».