Álex Roca padece parálisis cerebral, una discapacidad producida por una lesión en el cerebro que afecta a la movilidad y a la postura de la persona, limitando su actividad. Además, esta discapacidad puede ir acompañada de una discapacidad sensorial o intelectual en mayor o menor grado, según informa ASPACE.
Los trastornos aparecen durante los primeros años de vida, y por lo general, no empeoran con el tiempo, aclara el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares norteamericano, al mismo tiempo que subraya que a día de hoy no existe una cura para la parálisis cerebral, si bien el tratamiento puede mejorar las vidas de quienes la sufren. Éste incluye medicinas, aparatos y terapia física, ocupacional y del habla.
En el caso de Álex Roca Campillo (1991) todo es una auténtica historia de superación. Este joven sufrió a los seis meses de edad una encefalitis vírica herpética (un herpes cerebral) que le causó para*lisis cerebral y una discapacidad física del 76 %, que le afecta a la parte izquierda del cuerpo y al habla, y también tuvo una hemiplejia (parálisis mitad del cuerpo).
Los médicos decían que no lo superaría y hoy en día es un referente en lo que a deporte y discapacidad se refiere. «El deporte es muy importante en mi vida, me ha ayudado a ponerme retos y a superarme a mí mismo. He participado en cuatro triatlones y un acuatlón, además de la Orbea Monegros, la Pilgrim Race y dos Titan Desert», destaca.
«Los médicos que me trataban les dijeron a mis padres que podían pasar dos cosas: que me muriera o que me quedara en estado vegetativo. Por suerte ninguna de las dos opciones sucedió. (…) Gracias a un medicamento que hacía pocos años que existía y que estaba en fase experimental, los médicos pudieron frenar la evolución del herpes y me salvaron la vida», subraya con motivo de la publicación de su libro ‘El límite lo pones tú’ de Grijalbo.
Le operaron dos veces de los tendones porque tenía una curvatura muy pronunciada en el pie. También tenía el brazo izquierdo pegado totalmente al cuerpo, pero gracias al constante trabajo de los fisioterapeutas durante años ha podido mejorar mucho su movilidad, según reconoce.
Los médicos vieron que, por suerte, intelectualmente no estaba afectado y el logopeda del Hospital Sant Joan de Déu le propuso aprender lengua de signos, por donde hoy en día se comunica. Álex habla actualmente con lengua de signos porque, a pesar de que puede articular sonidos, ya que las cuerdas vocales no le quedaron afectadas, tiene la boca paralizada.
En cuanto a la movilidad, Roca indica que aprender a andar no fue fácil y lo logró en gran parte gracias a su abuelo: «Cada vez que venía a verme a casa me ponía de pie apoyado en la pared y me animaba a soltarme. Pero a mi me daba mucho miedo porque no me sentía las piernas y pensaba que me caería de morros al suelo. Entonces él me decía, ‘vamos, Álex, agárrate de mi dedo y da un paso. Y así una y otra vez. Gracias a mis intentos y a su tenacidad conseguí andar«.
El límite lo pones tú
En su vida reconoce que ha tenido muchas barreras, aunque las ha saltado como ha podido y con mucho esfuerzo. «Actualmente, tiene estudios, trabajo, coche, pareja y una vida ‘normal’. Ha estudiado un grado medio en Dirección de empresas y un grado superior en Integracioón social. Ha trabajado como contable y ahora se dedica a dar charlas motivacionales», subraya.
«Disfruto mucho dando charlas y demostrando a la sociedad que el límite se lo pone uno mismo, y al mismo tiempo acercando a la sociedad a la discapacidad. No me gusta nada esa palabra. Me gusta ver que somos personas con capacidades diferentes y nos gusta que nos traten como a los demás», destaca este joven.
Según resalta, le gusta perseguir los objetivos que se propone y luchar por conseguirlos. Desde su equipo reconocen que no hay uno que no haya conseguido. «Mi hermano Víctor dice que soy la persona más valiente y alegre que conoce. Y un luchador nato. Pero yo creo que todos somos valientes y luchadores, que todos podemos conseguir lo que nos propongamos si trabajamos y creemos en ello. A pesar de mi parálisis no he dejado de hacer nada en la vida», remarca Álex.
Así, Álex aconseja que nunca dejemos a los demás que nos digan lo que podemos hacer. «Poneos vosotros mismos vuestros límites. Yo nunca he hecho caso de lo que me han dicho y he conseguido hitos impensables. Si estáis motivados, os lo proponéis firmemente y no desistís, lograréis hacer muchas cosas. Sólo tenéis que proponéroslo», sentencia.