El Comité Catalán de Representantes de Personas con Discapacidad (COCARMI), principal plataforma de defensa de los derechos del colectivo en Catalunya, lamenta la invisibilidad de las personas con discapacidad y/o trastorno mental y sus familias en la campaña electoral del 14 de febrero.
Así lo afirma el presidente de COCARMI, Antonio Guillén, quien manifiesta que “observamos con preocupación que ni en las propuestas electorales hechas públicas en campaña ni en los programas electorales, la discapacidad sea una prioridad en la agenda de los partidos que se presentan en estas elecciones». «La pandemia ha evidenciado y profundizado la situación de desigualdad que vivimos las personas con discapacidad y/o trastorno mental en nuestra vida cotidiana y ningún partido político, hasta el momento, ha propuesto nada concreto porque no nos quedamos atrás», continua Guillén.
Esta invisibilidad de las necesidades del colectivo se refleja, además, en la ausencia de personas con discapacidad y/o problemas de salud mental en puestos de salida de las diferentes candidaturas, pese a ser el 8% de la población de Catalunya. «Las personas con discapacidad y/o trastorno mental siempre hemos querido ser parte activa de la transformación social que el país necesita, y así lo demuestra la fortaleza y resiliencia de nuestro tejido asociativo y las personas que lo integramos”, asegura el presidente de COCARMI. La ausencia de personas con discapacidad y/o con problemas de salud mental en el Parlament de Catalunya es una oportunidad perdida para trabajar por una sociedad inclusiva y cohesionada», afirma.
Mejorar la accesibilidad en los procesos electorales
Además, el Comité denuncia la falta de voluntad política para garantizar que las personas con discapacidad y/o con problemas de salud mental puedan ejercer el derecho a voto en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía. Considera, por otro lado, que la actual situación de pandemia debería haber servido para dar un verdadero «salto» adelante en la mejora de la accesibilidad del colectivo en los procesos electorales.
«Somos un colectivo bastante significativo para que nuestras especificidades sean incluidas en todas las iniciativas relacionadas con los procesos electorales”, afirma el presidente del comité, que añade que» nuestro voto tiene el mismo valor que el de cualquier otra persona, y queremos ejercer con garantías, por nosotros mismos, este derecho reconocido».
Ciertamente, la crisis del coronavirus ha favorecido, por ejemplo, el envío del kit Braille a la persona que lo solicita, de manera que puede preparar tranquilamente, y con privacidad, su elección. Hasta ahora se enviaba al colegio electoral y la persona con discapacidad visual debía escoger allí la papeleta, con la consiguiente dificultad de garantizar el voto secreto.
Una oportunidad perdida según COCARMI
A pesar de esta mejora, COCARMI asegura que se ha perdido una oportunidad de ser más ambiciosos y comprometidos con el colectivo. Además, también se podrá facilitar la impresión de las papeletas en casa, de forma que habrían mejorado las condiciones de accesibilidad.
Por otro lado, todavía sigue pendiente la accesibilidad del voto por correo. Por un lado la accesibilidad del voto por correo, mientras que por otro la accesibilidad cognitiva de las personas con discapacidad intelectual en todo el proceso electoral, a pesar de tener reconocido su derecho a voto.
También denuncia la falta de accesibilidad en los actos; así como en materiales electorales (en Braille, lectura fácil, subtitulación de actos, interpretación en lengua de signos catalana). Todo ello en busca de favorecer la participación política de las personas con discapacidad y/o problemas de salud mental.