Desde el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) apuestan por iniciar un proceso de «desinstitucionalización». Así lo ha señalado el director Luis Alberto Barriga, muy sensibilizado con las personas mayores. Ha centrado su discurso en sustituir los centros y residencias por los cuidados de proximidad. Todo ello con el objetivo de que las personas dependientes puedan tener un «proyecto de vida en libertad» hasta el final.
«No nos podemos permitir que las personas que requieran apoyos para desarrollar su vida diaria sean trasladados a centros en los que es la gestión de la propia institución la que marca las normas y hace que las vidas de las personas acaben siendo vidas sin proyecto de vida». Así lo ha reivindicado en una rueda de prensa que ha ofrecido en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
El director del IMSERSO ha presentado junto a la directora del Instituto de las Mujeres, María Antonia Morillas, el curso titulado ‘Los cuidados de larga duración en España y el derecho al cuidado desde una perspectiva feminista’.
En la inauguración de este seminario, que ha tenido lugar antes de la rueda de prensa, han participado el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez; y la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez.
Este curso ha comenzado en la UIMP. En este sentido, abordará con expertos los retos a afrontar para ofrecer a la población unos cuidados de proximidad y calidad. A su vez quiere garantizar la igualdad y buenas condiciones laborales para los cuidadores.
Ofrecer cuidados de larga duración
El director del IMSERSO se ha centrado en las medidas que se deben fomentar para ofrecer cuidados de larga duración que posibiliten la autonomía personal de las personas dependientes, mayores o con discapacidad.

Para ello cree que se deben impulsar más los servicios de proximidad. Y es que «todos queremos tener nuestra vida en nuestros hogares», en el contexto familiar o vecinal. «Hay que articular en cada uno de los pueblos del sistema de cuidados que preserve la dignidad de las personas y sus proyectos de vida», ha dicho.
Y ha recordado que «estamos en un punto crucial» en toda Europa para afrontar este reto. Además, señala que es el mismo en el caso de la infancia, donde también se apuesta por la «desinstitucionalización». En este sentido, «empiezan a carecer de sentido las instituciones de protección en términos de auspicio». Ello debe sustituirse por otros modelos que permitan «una vida digna y con proyecto».
El IMSERSO apoya el plan de choque para la dependencia del Gobierno
Para el director del IMSERSO ya se han dado pasos en este sentido. Para ello pone de ejemplo el plan de choque que puso en marcha el Gobierno para la dependencia. De hecho, ha destacado que España ha sido «el único país» que ha invertido fondos europeos de recuperación en materia de cuidados.

Pero ha explicado que las medidas que contempla el plan de choque son a corto plazo. Busca «resucitar un sistema que había sido laminado por las políticas anteriores». Por tanto, «no basta» solo con esas. A juicio de Barriga, a continuación hay que implementar más actuaciones «de largo plazo». Todo ello para «que reconfiguren toda la cadena de cuidados» y en conexión con políticas de igualdad.
Un reto por delante
En este sentido se ha pronunciado la directora del Instituto de las Mujeres. Ha destacado el «reto que tenemos por delante», y al que pretende atender el curso de la UIMP, sobre «cómo avanzar en el reconocimiento al derecho a los cuidados», velando a su vez por las condiciones de igualdad y por condiciones profesionales dignas.
Y es que, como ha remarcado, se trata de un sector «con escaso reconocimiento, fuertemente precarizado y feminizado» a pesar de que supone un 15% del PIB. En concreto, ha detallado que el 95% de las reducciones de jornada por cuidados corresponden a mujeres, y el 93% de los cuidados en el ámbito no sanitario son provistos por mujeres.
Por ello, el curso pretende reflexionar sobre la transformación necesaria en el sector para garantizar el derecho a los cuidados enfocada en eliminar desigualdades y brechas de género, ha explicado.