Un nuevo estudio ha puesto en vínculo de nuevo a las personas con discapacidad y la capacidad cognitiva. En este sentido, ha resaltado que los hermanos de niños con discapacidad tiene una mayor empatía cognitiva.
La investigación, que ha sido recogida en la revista ‘Child Development’, ha examinado cómo crecer como hermano de un niño con discapacidad puede fomentar la empatía.
Este es un trabajo pionero que constituye uno de los primeros trabajos que examinan y revelan los posibles efectos positivos de crecer con un hermano con discapacidad.
La investigación ha sido realizada por investigadores de:
- Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel),
- La Universidad de Cambridge (Reino Unido)
- Universidad de Toronto (Canadá)
Dicho estudio se llevo a cabo porque tener un hijo con una discapacidad o un retraso en el desarrollo suele ser una experiencia estresante para la familia y los hermanos de estas familias pueden estar expuestos a un mayor estrés y a desafíos. Sin embargo, hasta ahora había pocas investigaciones sobre los efectos positivos de crecer con un hermano con discapacidad.

«Los resultados indican que los hermanos de niños con discapacidad pueden tener una mayor empatía cognitiva (es decir, comprensión de los pensamientos y sentimientos de los demás), lo cual es importante ya que la empatía cognitiva es clave para las habilidades sociales». Así lo explica Yonat Rum, investigadora postdoctoral de la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad de Cambridge.
El primer estudio sobre los efectos positivos de crecer con un hermano con discapacidad
Los investigadores examinaron los datos del Estudio Longitudinal Israelí de Gemelos. Este contaba con 1.657 familias de gemelos nacidos en 2004-2005 con características demográficas similares a las de la población mayoritaria judía de Israel. En total se identificaron 63 familias en las que uno de los gemelos tiene una discapacidad y el otro tiene un desarrollo típico.
Los hermanos gemelos de desarrollo típico de los niños con discapacidad se compararon con 404 hermanos gemelos de desarrollo típico del resto de la muestra. Todo ello en medidas de empatía cognitiva y emocional y prosocialidad, completadas cuando todos los niños tenían 11 años.
A los niños participantes se les administró un cuestionario de autoinforme de evaluación de la empatía cognitiva y emocional. Así como una tarea informatizada diseñada para evaluar el comportamiento prosocial. Además, los padres de los niños participantes completaron un cuestionario para evaluar los comportamientos prosociales de sus hijos.
Los datos mostraron que los niños con desarrollo típico que tenían un gemelo con discapacidades puntuaban más alto que los niños con desarrollo típico que no lo tenían, en la empatía cognitiva autodeclarada. En contra de las predicciones, no se encontraron diferencias en la empatía emocional y la prosocialidad.
«Estos efectos positivos podrían deberse a la ‘ventaja’ específica de la empatía cognitiva para comprender mejor a su hermano con discapacidad y apoyar la relación entre hermanos». Así lo explica Ariel Knafo-Noam, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Los autores reconocen el carácter preliminar de los resultados. De esta forma, piden que se realicen más investigaciones utilizando diferentes modos de medición en este campo tan descuidado.