Los ingresos que percibe una persona por el alquiler de un piso se deben tributar en el IRPF de la Declaración de la Renta, como rendimientos del capital inmobiliario. Por ello, muchos arrendadores optan por realizar un alquiler en negro. Es decir, alquiler encubierto para no declarar a la Agencia Tributaria.
Sin embargo, los arrendadores deben tener en cuenta que se exponen a importantes consecuencias por llevar a cabo alquileres en negro. Entre otras cosas, pueden recibir multas económicas cuantiosas, ya que se evaden una serie de impuestos.
Riesgos de alquilar una vivienda en negro
Lo primero que hay que tener claro es que alquilar una vivienda en negro es ilegal en España. De esta forma, esta situación puede acarrear sanciones de hasta el 150% de la cantidad no declarada a la Agencia Tributaria. Es decir, las personas que realizan estas prácticas ilegales se enfrentan a consecuencias de gran envergadura.
Con todo ello, los expertos inmobiliarios del ‘Idealista‘ alertan sobre los riesgos a los que se enfrenta el propietario por alquilar una vivienda en negro:
- Pérdida de la deducción del 60% en el IRPF por los rendimientos percibidos.
- Pérdida de las deducciones en los gastos relacionados con la vivienda. Es decir, impuestos, obras de reforma o seguros del hogar.
Para el inquilino, alquilar una vivienda en negro también tiene consecuencias y desventajas. Por ejemplo, no podrá beneficiarse de determinados beneficios fiscales al presentar la Declaración de la Renta. Realmente, el arrendatario está en su derecho de incluir el alquiler en la Declaración de la Renta, aunque sea un contrato en negro, aunque en la mayoría de casos se trata de acuerdos cerrados entre ambas partes.
Multas económicas
En el caso de que la Agencia Tributaria descubra el arrendamiento de una vivienda en negro, el propietario se expone a numerosas sanciones e inconvenientes. Sin ir más lejos, el propietario tendrá que devolver todo el dinero obtenido por dicho alquiler, además de pagar una sanción económica que puede llegar hasta el 150% de los beneficios obtenidos por el alquiler fraudulento.
Se trata de consecuencias económicas de gran importancia, para que cualquier persona con intención de llevar a cabo este ‘negocio’ fraudulento se lo piense dos veces antes de ejecutarlo.
El alquiler en negro no es nada recomendable para los inquilinos, ya que quedan desprotegidos en muchos aspectos. Sin embargo, muchos arrendadores se aprovechan del precio elevado de los alquileres para establecer un precio más reducido a cambio de que todo se desarrolle en ‘b’ o en negro.
Si el propietario ha recibido cantidades de dinero inferiores a 3.000 euros por un alquiler en negro, debe devolver todo el dinero percibido más una multa del 50% de la cantidad obtenida. En caso de ser superior a 3.000 euros, también tendrá que devolver todo el dinero no declarado y exponerse a una multa entre el 100% y el 150% del importe ingresado. Además, en determinados casos, las multas económicas pueden llegar hasta el 150% de la cantidad percibida.