Acceder a la jubilación en España conlleva el derecho a cobrar una pensión contributiva, siempre que el ciudadano cumpla con todos los requisitos exigidos por la Seguridad Social. Sin embargo, pasar a la jubilación no siempre significa tener que abandonar por completo la vida laboral.
En España existen cuatro alternativas contempladas por el sistema español de pensiones que permiten compatibilizar la percepción de una pensión contributiva de jubilación y seguir trabajando. En la mayoría de casos, la compatibilidad implica cobrar solo una parte proporcional de la cuantía total de la pensión.
Trabajar durante la jubilación
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) rescatan las cuatro posibilidades que permiten trabajar durante la jubilación. La primera de ellas es la jubilación parcial, que consiste en reducir la jornada laboral y cobrar una parte de la pensión correspondiente a la reducción de la jornada laboral. Para ello, se debe llegar a un acuerdo con la empresa.
Es decir, el ciudadano puede trabajar a tiempo parcial y cobrar por ello, mientras que percibe una parte de su pensión contributiva de jubilación. Además, el ciudadano seguirá cotizando a la Seguridad Social de cara a la jubilación completa. Esta fórmula puede estar asociada a la contratación o no de otro trabajador con contrato de relevo para realizar las funciones que venía realizando hasta el momento el ciudadano que se ha acogido a la jubilación parcial. En función de si existe contrato de relevo o no, los requisitos de la jubilación parcial pueden variar.
Una segunda opción es la jubilación flexible. En este caso, se trata de una situación en la que el ciudadano se ha jubilado totalmente y decide volver a trabajar. Así, también se puede cobrar una pensión reducida y un salario correspondiente al nuevo trabajo a tiempo parcial. La pensión se reduce de forma proporcional a la jornada de trabajo. Es decir, si la jornada de trabajo es de un 75%, la pensión se reduce solo un 25%.
Dos alternativas compatibles
Una tercera alternativa es la jubilación activa para los trabajadores autónomos que no quieren retirarse de la vida laboral de golpe. Para acogerse a esta modalidad, el trabajador debe cumplir con todos los requisitos para acceder al 100% de la base reguladora en la pensión.
Por norma general, la jubilación activa conlleva una reducción del 50% de la pensión contributiva a percibir. No obstante, se puede mantener el 100% de la base reguladora en caso de tener contratado, al menos, a un trabajador por cuenta ajena.
Finalmente, es necesario hablar de la jubilación demorada. Esta modalidad no permite una compatibilidad entre la actividad laboral y la pensión de jubilación como tal. En concreto, esta fórmula permite al trabajador seguir trabajando y cotizando más allá de la edad ordinaria de jubilación que le corresponda.
Por cada año cotizado más allá de la edad ordinaria de jubilación, la Seguridad Social ofrece importantes incentivos que finalmente se añaden a la pensión contributiva que cobrará al acceder a la jubilación definitiva. Un trabajador puede percibir desde 5.000 a 12.000 euros por cada año cotizado por encima de la edad ordinaria.