Es una estrategia inteligente, pero que pone en cierto compromiso al inquilino. En determinadas situaciones, los caseros o propietarios de una vivienda que se va a poner en alquiler, intentan arreglar y ‘vestir’ el inmueble con lo mínimo para no tener que hacer un gran desembolso. Este escenario suele ocurrir, sobre todo, cuando un propietario tiene una casa donde ha vivido siempre y le produce cierto ‘respeto’ cedérsela a otra persona para que desarrolle allí su vida.
Igualmente, esta práctica también se intuye con los propietarios que compran para realizar inversión. Reciben un inmueble que en la mayoría de ocasiones tienen que reformar de arriba abajo. Meter muebles nuevos y decorarlo. Hay algunos vendedores que dejan ciertos electrodomésticos cuando venden su propia vivienda una lavadora, una cafetera o la televisión. Es aquí donde entra en juego el llamado ‘truco de las teles’.
El ‘truco de las teles’
El llamado ‘truco de las teles’ saca a relucir toda la picardía de los dueños de una vivienda que se va a poner en alquiler; es como una señal de que ‘esto es mío y me lo guardo para mí’. Un nuevo propietario que acaba de comprar una casa y que va a ponerla en alquiler, ha narrado el truco que le recomendaron hacer con las televisiones para ahorrar dinero a futuro. «Compré una casa que venía con 3 televisiones. Lo primero que me dijeron es que dejara solo una para los inquilinos y me llevara las otras dos a mi casa«. Y así lo hizo.
El fondo de esta práctica se entiende como una forma de ahorrar dinero por si el televisor se rompe: «Me comentaron que si el primer televisor se rompe, tengo otras dos bazas y no tendré que comprar una televisión nueva», tal y como ha informado VozPópuli. Sin duda, es una estrategia inteligente por parte de los propiaterios con el objetivo de evitar pérdidas de dinero en el caso de que sufra alguna incidencia.
Sin embargo, este truco de los caseros no sienta tan bien a los futuros inquilinos, pero que se aplica en muchas ocasiones para optimizar al máximo la inversión en el inmueble. Por tanto, la moraleja es evidente: a la hora de comprar una vivienda, acuérdate de preguntar por la segunda televisión.
El gesto del que desconfían los inquilinos
Entregar las llaves de tu vivienda a una persona ajena siempre es delicado, por lo que la certeza y la seguridad de que es el inquilino adecuado deben primar para el propietario del inmueble. De este modo, según el mismo portal inmobiliario, el gesto que más desagrada y echa para atrás a los caseros de toda España es la dificultad para poder mostrar el piso al futuro inquilino. Esto ocurre durante el proceso de selección, y tras solicitar información sobre la vivienda, el posible arrendatario debe mostrarse todo lo disponible y proactivo que pueda para conocer el espacio en el que pretende instalarse.
No obstante, muchos caseros se enfrentan a un desafío considerable a la hora de mostrar la vivienda. Después de este factor, los propietarios afirman que las inmobiliarias o agencias son el segundo punto que más les preocupa a la hora de alquilar sus casas y pisos. La gestión que llevan a cabo preocupa al 10% de los encuestados, que afirman no estar satisfechos con los servicios ofrecidos por estos intermediarios. A raíz de esto, muchos optan por hacer las gestiones por cuenta propia, sin contar con este tipo de servicios.
Aun así, los datos económicos respaldan a los propietarios de las viviendas. Casi el 30% de los caseros afirman que el dinero que obtienen de este ejercicio de alquiler es una muy buena ayuda para pagar la hipoteca de su residencia habitual. Además, poder hacer mejoras en su vivienda, sacar rentabilidad a una casa recibida en una herencia, o tener una necesidad urgente de aumentar los ingresos mensuales son los motivos más frecuentes para alquilar una vivienda en España.