Hacer ejercicio físico está al alcance de cualquier persona. Lo mejor del deporte es poder hacerlo sólo o en compañía, como prefiramos, pero siempre tiene efectos positivos en nuestro organismo. Sobre todo, en lo que concierne a nuestro cerebro, ya que el ejercicio físico te ayuda a rejuvenecer tus funciones mentales. Sólo has de hacer un tipo de actividad física en concreto para mejorar tus conexiones neuronales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) avisa que las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte entre un 20 % y un 30 % mayor.
Esto es, claramente, en comparación con las personas que suelen realizar una cantidad suficiente de actividad física de forma semanal o mensual.
Por otro lado, la Universidad de Georgia demuestra que la actividad física colabora en la protección de las habilidades cognitivas a medida que envejece.
La relación entre el ejercicio físico y el cerebro
No tiene por qué ser esa actividad física de un gran rendimiento o desempeño, sólo implica cierta disciplina para poder ejercitarnos de forma continuada.
De forma que cualquier persona puede hacer deporte en cualquier momento, independientemente de su edad. A todos nos viene bien el ejercicio para nuestra cabeza.

Si logras moverte con éxito y estableces un plan rutinario, la salud de tu cerebro lo notará. Y estos son los grandes efectos positivos del deporte en tu mente:
- Reduces los síntomas de depresión y ansiedad
- Sirve de analgésico natural y aumenta el umbral del dolor
- Liberas dopamina, serotonina y noradrenalina
- Mejoras la autoestima
- Hay una menor degeneración a nivel neuronal
Como ves, se trata de situaciones que inciden directamente sobre nuestra cabeza, y que mejoran claramente gracias al deporte continuado.
¿Qué ejercicio debo hacer para mantener un cerebro joven?
Respecto a cuál es el tipo de actividad física que debemos asumir para mejorar esas funciones motoras, se ha publicado en la Sports Ciences For Health.
De esta forma, quienes participaron en esta investigación hicieron pruebas para medir su funcionamiento cognitivo y se sometieron a resonancias magnéticas.
Fue una distancia de seis minutos la que recorrieron todos los que pasaron por el estudio, cuyo estado físico fue evaluado persona a persona.
Los participantes caminaron rápido durante ese tiempo para cubrir la máxima cantidad de metros posibles, y ahí que obtuvieron su premio con la mejora mental.
Quedó demostrado que en muchos participantes las redes cerebrales no funcionaban como deberían, viendo una mejora clara en la función ejecutiva y en la independencia.
Por lo que como conclusión, se extrae que no hace falta hacer grandes esfuerzos, pero sí pensar en hacer ejercicio físico de forma prolongada con buenos hábitos.
Y a ese ejercicio físico, sumarle una buena alimentación y un efectivo descanso para que nuestro cerebro lo note, liberemos endorfinas y mejoremos a nivel cerebral.