La discapacidad denuncia el ‘confinamiento silencioso’ que sufre el colectivo

Carlos de la Torre, miembro de Prolaya, denuncia a través de las redes sociales el grave problema al que están haciendo frente en esta segunda ola del coronavirus

Carlos de la Torre joven con discapacidad

Carlos de la Torre, joven con discapacidad, miembro de Prolaya

La crisis del COVID-19 ha provocado una situación de difícil manejo para muchas personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Muchas personas, especialmente aquellas que viven en servicios residenciales (viviendas de grupo y residencias), deben permanecer es situaciones de confinamiento y/o aislamiento cumpliendo con las medidas de protección y prevención establecidas por las autoridades sanitarias.

Para las personas con grandes necesidades de apoyo que presentan alteraciones de la conducta o de la salud mental esta situación puede ser especialmente difícil de sobrellevar. Actualmente vivimos en un contexto de restricciones que limitan nuestra libertad y posibilidad de movimiento. Los equipos de profesionales y las familias se están viendo obligadas (como medidas preventivas de protección contra el coronavirus) a realizar separaciones de espacios, limitaciones de contacto, situaciones de aislamiento y limitación del movimiento de las personas.

Es fundamental que todos tengamos la información necesaria para saber cómo llevar a cabo todas estas medidas, de forma que protejamos la seguridad de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, de los profesionales que les apoyan y también de los familiares en sus casas.

Un nuevo confinamiento silencioso para las personas con discapacidad

Ante esta situación, Plena Inclusión, ha lanzado un vídeo titulado ‘Confinamiento silencioso II’. En dicho vídeo, Carlos de la Torre narra en primera persona como las personas con discapacidad están sufriendo un confinamiento del que nadie habla.

Tras pasar la primera oleada del Covid-19, las personas con discapacidad han vuelto a sus centros ocupacionales. Sin embargo, la segunda oleada también está golpeando seriamente las residencias. «Algunos centros ocupacionales están cerrando por culpa de que hay brotes cerca de donde los están trabajando y no pueden volver», cuenta Carlos, miembro de Prolaya, a través de un vídeo en Twitter.

La angustia de estar en casa, sin hacer absolutamente nada, es una de las cuestiones que inquieta a Carlos. El joven recalca estar «viviendo un confinamiento del que nadie habla» y puntualiza «lo que para ti es distancia para mí es aislamiento».

La atípica situación que vive Carlos tan solo es la punta del iceberg de un problema que afecta a miles de personas en España. La voz de Carlos es un altavoz para denunciar esta situación, pero el problema sigue ahí. Nadie hace nada para poder ofrecer una solución a las personas con discapacidad que se encuentran recluidos en sus casas.

Salir de la versión móvil