Conocer los ingredientes que utilizamos en la cocina es tan importante como llevar una dieta equilibrada a través de ellos. En este campo, el arroz es un tipo de alimento que está presente en casi todas las culturas del mundo y en todo tipo de países, así que es bueno saber con qué estamos tratando.
Dentro de las variedades del arroz hay muchísimas. Tantas que a veces se pueden antojar incontables. Pero lo que sí tenemos claro es que de cada variante puede haber dos clases o subtipos, blanco e integral. Esto se debe a que cada uno de estos tipos tiene una característica específica que veremos a continuación.
Aparte de eso, el valor nutricional y lo que aporta a la dieta básica difiere un poco en función del tipo de arroz que usemos. De esta forma, también podemos considerar importante el uso de un tipo de arroz o de otro, en función de lo que estemos buscando. A continuación, vamos a ver qué diferencias hay entre el blanco y el integral.
Diferencias entre arroz blanco e integral
Existen muchas diferencias en lo que a estos dos tipos de arroz se refiere. La primera de estas diferencias salta a la vista, y es que el aspecto del arroz integral es muy distinto al del blanco. Esto es porque el blanco está más procesado que el integral, es decir, el integral conserva todas las capas del grano al completo. Por otro lado, el tipo blanco no conserva ni el salvado ni el endospermo, que son los dos elementos que cubren el germen.
Se podría decir que el germen es en realidad lo que queda cuando tenemos arroz blanco, mientras que el integral tiene todo lo demás también. Tanto el salvado con el endospermo tienen propiedades que se pierden cuando se quitan, por eso mismo hay dietas en las que está recomendado comer este tipo de arroz integral.
En lo que a vitaminas y minerales se refiere, comer arroz integral supone que aportaremos a nuestro organismo más vitaminas del tipo B, además de minerales como el hierro o el magnesio. Pero esa no es la única ventaja ni la principal. La mayor ventaja de comer el tipo integral es la cantidad de fibra que aporta el salvado a la alimentación. Gracias a esta fibra, el arroz integral ayuda a una buena digestión y a una correcta limpieza del intestino, algo fundamental para un organismo fuerte y saludable.
¿Y a la hora de cocinar?
No solo hay diferencias en lo que a aportes de salud se refiere, ya que a la hora de cocinar importa mucho el tipo de arroz que escojamos. Cuando se trata del integral, los tiempos de cocción son mayores que si cocinamos con el blanco. Además de eso, no todas la recetas son aptas para utilizarse el integral, por lo que es un factor a tener también en cuenta.
De esta forma, no puedes cocinar un arroz cremoso tipo risotto si usas arroz integral, a no ser que sea una variedad especial para ese tipo de recetas. En definitiva, si estás buscando una gran fuente de fibra, el integral es tu aliado, ya que en este sector es en el que más se diferencia del blanco.