La Dirección General de Tráfico (DGT), en su esfuerzo por reducir el número de accidentes que se sigue provocando cada años en las carreteras españolas, ha decidido realizar una nueva modificación en el Reglamento General de Conductores que afecta a la tasa de alcohol con la que hasta ahora se podía conducir un vehículo. Esta medida lleva meses en la ‘mesa’ de los diferentes actores que tienen en su mano reformar la normativa de tráfico, y parece que por fin, se va a poner en marcha.
Pero, ¿Por qué se ha decidido reducir la tasa del alcohol permitida para conducir? Porque sin duda, los efectos del alcohol son uno de los mayores enemigos de la conducción. Y es que la pérdida de capacidades que provocan en el funcionamiento humano, aumenta el riesgo de despistes y de cometer temeridades como correr en exceso o realizar adelantamientos peligrosos. Es por ello, que esta medida es necesaria para poder sancionar a quienes aún cogen el coche habiendo bebido.
Beber y conducir: Una mezcla imposible para la DGT
Que la DGT tenga que ajustar aun más los límites de alcohol en sangre permitidos para poder manejar un vehículo, es consecuencia de que los datos en este sentido son bastante desfavorables. Un hecho que en esencia, debía partir de la concienciación y responsabilidad humana. Pues todo el mundo podría determinar en qué situaciones no está capacitado para conducir. Puesto que esto no es así y en muchos casos prima la falta de responsabilidad, la DGT debe actuar.
Por tanto, con objeto de reducir el número de fallecidos en las carreteras españolas, que en los últimos años ha aumentado a causa de este factor, la DGT ha decidido luchar contra las conductas de conducción agresiva, el exceso de velocidad y enviar así un mensaje de concienciación vial a los conductores, reduciendo el consumo de alcohol y drogas permitido cuando se va al volante. A ver si de este modo, por fin, la ciudadanía se conciencia.
Sin embargo, la reforma anunciada hasta el momento empieza con cierta controversia, pues según se ha anunciado en la novedosa campaña de verano de la Dirección General de Tráfico (DGT), la entidad que dirige Pere Navarro solo contempla, de momento, rebajar la tasa de alcohol permitida para conducir a los profesionales del volante. Esto choca frontalmente con los datos de siniestros en carretera que acreditarían como necesaria una medida que reduzca a 0 la tasa permitida al volante para toda la ciudadanía.
Esta medida solo afecta a los profesionales de la conducción
El objetivo de la DGT con esta modificación es reducir el número de fallecidos en carretera. Pero, ¿Por qué ha decidido implementar esta medida solo a los conductores profesionales? Según datos de la propia entidad de tráfico, de los 1.145 fallecidos en carretera en 2023, solo 75 viajaban en un vehículo con conductor profesional. Esto significa, que aunque la medida es acertada, es probable que deba extenderse al común de los conductores.
Cabe recordar que hasta ahora, el límite de alcohol permitido estaba fijado en 0,25 mg/l. Con esta modificación, se reducirá hasta los 0,10 mg/l del alcohol por litro de aire espirado, es decir, menos de la mitad en comparación con los anteriores datos. De este modo, se reducen las posibilidades de que un conductor profesional se ponga al volante con un gramo de alcohol. Pues una cerveza o una copa de vino, ya podría superar ese nivel impuesto.
Esta medida afectará, como hemos dicho, a conductores profesionales, es decir, transportistas, taxistas o conductores privado, entre otros. No obstante, parece lógico pensar que los profesionales no deben tomar ni una gota de alcohol cuando están trabajando, ni conducir bajo los efectos de estas sustancias. Sin embargo, si la DGT ha decidido tomar esta medida, es porque los hechos vividos en el día a día, muestran otra cosa.