La labor que realizan desde Fundación Ambulancia del Deseo es digna de elogio. Cuando le solicitan algo que parece imposible, ellos lo cumplen. Y es que, como ellos mismos aseguran «algunos deseos merecen una historia, algunas historias merecen un deseo».
Rafael se encuentra ingresado en en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital del Rosell de Cartagena. Tiene una enfermedad crónica, grave y progresiva, que le impedía ir a la boda de su hijo Borja. Su deseo era acudir a la cita.
Fue entonces cuando su médico, María José, en el citado hospital se puso en contacto con la Fundación Ambulancia del Deseo. «Rápidamente entendimos la urgencia vital de este deseo y nos pusimos manos a la obra», afirman.
La Fundación se organizó armando un equipo y preparando el material necesario. Con esto, sumado el apoyo de la familia y la complicidad, cumplieron el deseo de Rafa.
Los encargados de llevar a Rafael señalaban que en el momento estaban nerviosos por la cita, «parecía nuestra boda». «Cuando llegamos Rafael ya estaba despierto, su rostro reflejaba la alegría del momento. Pidió que le ayudaran a vestirse para la ocasión, y que le trajeran su colonia favorita, no le faltaba complemento alguno».
Cuando todo iba bien, surgió un problema
Todo transcurría de manera positiva y parecía que no habías problemas. Borja y María José acompañaron a Rafael en la ambulancia hasta los juzgados. Sin embargo, al llegar, las energías de Rafael comenzaron a disminuir, no tenía fuerzas para salir en la camilla.
El deseo parecía que se escapaba. Pero fue el momento en el surgió esa «energía solidaria» de la que hablan en la Fundación Ambulancia del Deseo.
La jueza responsable de oficiar la boda accedió a salir de los juzgados y casar a los novios dentro de la ambulancia.
«Fue un momento muy emotivo, y permitirme la licencia que parte de esta historia me la reserve, porque les pertenece a ellos. Rafael cumplió su deseo, fue el padrino en la boda de su hijo, poco después nos dejó», aseguraban desde la Fundación Ambulancia del Deseo.