La caída del cabello es un proceso natural que padece el ser humano. Sin ir más lejos, una persona pierde en torno a 100 cabellos durante el día, aunque produce muchos otros. Un cabello saludable y fuerte es sinónimo de buen cuidado y una correcta alimentación.
En algunas ocasiones podemos observar pelos en la almohada, en la mesa de trabajo o en el peine que utilizamos para cepillarnos del cabello. No obstante, éstos no son indicativos graves de una caída del cabello severa, ya que forma parte del mecanismo fisiológico humano.
Por otra parte, algunas personas también sufren una caída del cabello acelerada debido a diversos factores. Un aumento de la pérdida del pelo es propenso en mujeres que recientemente han dado a luz o personas que atraviesan afecciones relacionadas con el estrés, ansiedad o depresión. Esto tampoco debería preocuparnos.
No obstante, existen determinados momentos, acompañados de sintomatología, que nos pueden llevar a una preocupación por una caída del cabello de forma exagerada. Cuando la densidad del cabello ha disminuido o se aprecia más fino durante varios meses de notoriedad de pérdida podemos comenzar a sentir inquietud.
Ese decrecimiento en la densidad del pelo es un síntoma inequívoco de que estamos sufriendo una caída grave del cabello. En ese momento es necesario acudir a un especialista para obtener un diagnóstico claro de la situación del cuero cabelludo.
La caída del cabello es un trastorno que despierta preocupación en la mayoría de mujeres y hombres. Pero debemos diferenciar cuando se trata de un problema serio o simplemente la salud de nuestro cabello está viviendo un proceso natural.
Consejos para combatir la caída del cabello
Como hemos señalado anteriormente una persona suele perder al día unos 100 cabellos, aunque este proceso varía según la persona y los cuidados que otorgue a su cuero cabelludo. Además, en determinados periodos del año, como otoño o invierno, la caída del cabello ocurre con mayor intensidad; debido al efluvio telógeno estacional.
También hay que tener en cuenta que existen factores hereditarios que incluyen severamente en la pérdida del cabello y son prácticamente imposibles de evitar. Es el caso de la alopecia androgénica.
No obstante, existen remedios para prevenir una caída del cabello elevada y hacer que el proceso natural de pérdida del mismo sea lo más leve posible. Es importante controlar las emociones, pues patologías como el estrés o la ansiedad provocan un aumento de la caída del cabello.
Las mujeres, durante el embarazo o periodos de menopausia experimentan alteraciones hormonales, que inciden negativamente en la salud del cabello. En este tipo de casos lo más recomendable es acudir a un especialista, ya que tratamientos por cuenta propia pueden provocar graves perjuicios a la salud.
Así, los masajes capilares de forma periódica son muy favorables para el cabello. Ayuda a fortalecer raíces y beneficia el riego sanguíneo de los folículos pilosos. Los tratamientos médicos prolongados son negativos para el cabello. Muchos de ellos suelen provocar la caída del pelo, aunque solo durante el periodo que dura el tratamiento en cuestión.
La alimentación debe ser nuestra principal arma para prevenir la caída del cabello. Productos ricos en hierro, vitamina C, omega 3, vitamina A y vitamina E son especialmente positivos para el estado del cuero cabelludo. Una dieta desequilibrada y basada en malos hábitos alimenticios puede ser causante de una pérdida precipitada del cabello.
Además, debes tratar a tu cabello con especial cariño. Es perjudicial someter al pelo a cambios bruscos de temperatura, provocados en la mayoría de ocasiones por el uso de secadores o planchas para alisar el cabello.