La inocencia de los niños puede que sea, irónicamente, el escenario idílico para hablar de discapacidad sin tapujos, haciéndoles partícipes de este concepto para que, a su vez, ellos sean quienes decidan incluir a la diversidad en sus vidas y recibir a estas personas con los brazos abiertos. Así lo expresa Álex Roca, un deportista y atleta con una parálisis cerebral y física del 76%.
Bajo su punto de vista, detalla que «si cuidamos cómo contamos las cosas hoy, estaremos cuidando el mundo que vendrá mañana«. Por tanto, la inclusión, la sensibilidad y la conciencia sobre la discapacidad debe comenzar en edades tempranas y entre los colectivos más pequeños; de esta manera se empezará a trabajar en la ansiada normalización en los que serán «los adultos del futuro», como cita Antonio Manuel Cáceres.
Por tanto, el propio Álex Roca ha abierto una interesante línea de actuación y una pregunta nada sencilla de responder: cómo contarles a los más pequeños de la casa la discapacidad. Cómo hacerles entender qué significa y qué implicación tiene en la persona que la presenta. Este deportista catalán aboga por hacerlo «desde la naturalidad, desde las historias, desde la imaginación y sin miedo«.
Explicar la discapacidad a los más pequeños
«Muchas veces voy por la calle andando y muchos niños y niñas se me quedan mirando, como si yo fuera alguien muy raro«, explica Álex Roca. Por ello, precisamente, fruto de esta situación, este impresionante atleta ha expuesto de qué manera contaría él mismo a los más pequeños de la casa su historia y la discapacidad que tiene: «¿Qué me pasa a mí?», inicia Roca.
Para los más adultos, Álex Roca Campillo sufrió, a los seis meses, una encefalitis viral herpética -herpes cerebral- «provocándome una parálisis cerebral con un 76% de discapacidad física que me afecta en la parte izquierda del cuerpo, en la cual tengo una movilidad reducida y me comunico a través de lengua de los signos«, explica él mismo.
Su trayectoria, adaptada a los niños, comenzaría de la siguiente manera: «de pequeñito, un bichito me comió un trocito del cerebro e hizo que yo no pudiera hablar. ¡Pero sí que puedo hablar!«. Álex Roca continúa su propio ‘cuento’, en la versión infantil para recordar que «hablo con las manos, ando un poco diferente y se me cae la baba porque tengo la boca paralizada».
Ver esta publicación en Instagram
«¡Pero no pasa nada! Existen muchísimas personas en el mundo que funcionan de manera diferente«, relata Álex a los más pequeños, indicando que esos individuos «también hablan con las manos y caminan de forma diferente». Por ello, este mensaje, cuyo emisor es alguien con una elevada reputación dentro de la discapacidad, cobra una importancia fundamental para todas las familias.
La discapacidad no es una limitación y hay muchísima gente en el mundo que convive con esta condición: «Gracias por enseñar a los niños y niñas», destaca. Así, cuando Roca vaya andando por las calles deseará no recibir miradas de «no saber qué me pasa», sino «miradas de decir qué afortunado de saber que existen personas que funcionan de forma diferente«, concluye.
Juntos, a cambiar el mundo
Saber trasladar y explicar qué es la diversidad a los más pequeños es fundamental para construir los cimientos de una futura sociedad inclusiva, que tendrá normalizada la discapacidad en todas sus vertientes y no mirará con recelo a quienes integren este colectivo. Para ello, las personas con discapacidad trabajan a destajo, involucrándose en este sentido y mencionando el papel de la educación.
La naturalidad y la sencillez se antojan como aspectos fundamentales. También la ausencia de miedo a la hora de comunicar y, especialmente, lograr la comprensión de los menores. De acuerdo con Álex Roca, «a veces, un cuento, un bichito o un dragón ayudan más que mil explicaciones técnicas; porque cuando los niños entienden, respetan. Y cuando respetan, el mundo cambia«.
El objetivo de este importante atleta dentro del deporte y de la discapacidad reside en hacer entender que «la discapacidad no resta, suma». Y así lo quiere exponer mediante redes sociales: «Suma miradas diferentes, suma sensibilidad, suma encuentros que te transforman».
Finalmente, su posición y portavoz como persona con discapacidad es un recordatorio de «que la sociedad que queremos construir empieza educando en empatía, en valores y en humanidad«. Cuidando y educando en inclusión podremos imaginar una sociedad que acepte a la comunidad de la discapacidad sin más miradas que las dirigidas a la capacidad.