El kéfir es una bebida saludable del siglo XXI, la cual se elabora principalmente a partir de productos lácteos. Se trata de una bebida de leche fermentada que realmente son una combinación de bacterias y levaduras que generan una bebida ligeramente fermentada.
Si hablamos de forma científica, los granos del kéfir de leche contienen una compleja mezcla simbiótica microbiana de levaduras y bacterias de ácido láctico en una matriz de proteínas y polisacáridos. Además, el kéfir se puede elaborar con diferentes tipos de leche, como de vaca, cabra, oveja o incluso coco.
Pues bien, entre todos los beneficios de esta bebida, destaca un posible efecto positivo en la presión arterial, ya que su consumo estimula la comunicación entre el cerebro y el intestino. Así, lo asegura una investigación realizada en la Universidad de Auburn en Alabama (Estados Unidos).
Y es que el kéfir es una bebida probiótica conocida por contribuir a mantener el equilibrio de las bacterias beneficiosas para el sistema digestivo; además de aportar diferentes beneficios al organismo.
Kéfir y presión arterial
Investigaciones previas han mostrado que un desequilibrio en la microbiota puede generar presión arterial elevada en determinadas personas. Igualmente, también se ha constatado que los probióticos ayudan a reducir la presión arterial, aunque los mecanismos por los que esto sucede no están absolutamente claros.
Así, un equipo de investigación de la Universidad de Auburn, en Alabama, en colaboración con la Universidad de Vila Velha en Brasil realizó un estudio para determinar la influencia del consumo del kéfir en la presión arterial alta o hipertensión.
Dicho estudio se desarrolló en ratones, divididos en tres grupos diferentes. Uno de ellos presentaba hipertensión y fue tratado con kéfir; otro presentaba hipertensión y no fue tratado, y otro tenía presión arterial normal y tampoco fue tratado.
Resultados del estudio
Tras un total de nueve semanas de suplementación con kéfir, este grupo de ratones mostró tener unos niveles más reducidos de endotoxinas, que son unas sustancias tóxicas vinculadas con la disposición de las células. Además, también se observó una disminución de la presión arterial más baja y permeabilidad intestinal mejorada en comparación con los otros grupos no tratados.
Finalmente, los investigadores señalaron que «nuestros datos sugieren que los mecanismos asociados con el kéfir antihipertensivo implican la comunicación entre el eje de microbiota intestinal y cerebro durante la hipertensión».
Esto se explica debido a que los intestinos en buen estado permiten el paso de algunas sustancias, aunque por norma general intervienen como una barrera para frenar la entrada de bacterias dañinas y otras sustancias que puedan resultar peligrosas para el organismo.
Por otra parte, durante el mencionado estudio también se comprobó como la administración de suplementos de kéfir provocó un equilibrio natural de cuatro bacterias diferentes en el intestino y de una enzima en el cerebro. Esto sugiere que el sistema digestivo y sistema nervioso actúan de forma conjunta para disminuir la hipertensión.
Además, no hay que olvidar que el consumo de alimentos probióticos como el kéfir está asociado a mejoras en la digestión, ya que ayuda a restablecer el equilibrio de las bacterias en el intestino y a luchar contra enfermedades gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn y las úlceras.