Cada vez es más común que los trabajadores en España opten por alargar su vida laboral, principalmente con el objetivo de aumentar la cuantía que le corresponde en su pensión contributiva. En este sentido, las opciones preferidas consisten en acogerse a la jubilación demorada o compatibilizar el trabajo con la percepción de la pensión a través de la jubilación activa.
En concreto, la jubilación activa es una modalidad que permite al trabajador compatibilizar la pensión contributiva con la realización de un trabajo por cuenta ajena o cuenta propia. Con esta modalidad, el sistema español potencia lo que se denomina como envejecimiento activo. Igualmente, ofrece más soportes a la sostenibilidad del sistema de pensiones.
Para tener derecho a la jubilación activa es necesario cumplir una serie de requisitos establecidos previamente por la Seguridad Social. Entre otros, el trabajador debe tener derecho al 100% de la base reguladora de la pensión para acogerse a esta modalidad.
Cotización en la jubilación activa
Dentro de la modalidad activa se encuentran la jubilación flexible y la jubilación parcial, que permite compatibilizar parte de la pensión con un contrato de trabajo a tiempo parcial. Teniendo en cuenta estas características, vamos a explicar como funcionan las cotizaciones a la Seguridad Social durante la jubilación activa.
En los casos de modalidad parcial y flexible se debe cotizar por el tipo de contrato a tiempo parcial y en base a las reglas generales de cotización. Para calcular la futura pensión de jubilación, cuando cesa totalmente la actividad laboral, se tienen en cuenta las nuevas cotizaciones realizadas a la Seguridad Social en la modalidad de jubilación activa.
Si se trata de jubilación ordinaria para trabajadores con largas carreras de cotización, la cosa cambia. Al respecto, los expertos de BBVA explican que «en este caso se compatibiliza el 50% de la pensión de jubilación, siempre que se tenga derecho al 100% de la base reguladora del beneficio, con un trabajo por cuenta ajena o propia a tiempo completo o tiempo parcial».
Así, solo se cotiza por incapacidad temporal y contingencias profesionales. Además, se cotiza en torno a un 8% en calidad especial de solidaridad. Un 6% corresponde al empresario y un 2% al trabajador. «La cotización de solidaridad se entiende como una aportación al sistema sin contraprestación, ya que se le permite la compatibilidad de la pensión y las rentas de trabajo», aclaran desde BBVA.
La cotización en la modalidad demorada
En la jubilación demorada, las condiciones de cotización a la Seguridad Social también son diferentes respecto a la jubilación activa. En la modalidad demorada quedan exentos de cotizar tanto los trabajadores como los empresarios, a excepción de incapacidad temporal en el caso de trabajadores por cuenta ajena con un contrato indefinido.
Para tener derecho a cobrar una pensión contributiva de jubilación, la Seguridad Social exige una serie de requisitos básicos de cotización. Por ejemplo, es necesario haber cotizado como mínimo 15 años a la Seguridad Social durante la vida laboral, siendo dos de esos años inmediatamente anteriores a la jubilación. Por su parte, las formas de cotización varían en los casos de jubilación activa y modalidad demorada.