Una alimentación saludable desde la infancia permite tener mejor desarrollo académico

Un grupo de expertos reunidos por Acción contra el Hambre afirman que tener hábitos saludables desde niños ayuda a tener un mejor rendimiento académico

Según han coincidido en señalar expertos reunidos por Acción contra el Hambre, tener una alimentación sana desde edades tempranas permite un mejor desarrollo académico. Lo que conlleva un futuro con más oportunidades si lo mejoramos desde la infancia.

Estos han denunciado que las personas desempleadas tienen mayor riesgo de padecer una peor salud (física y mental). Al tener una alimentación deficiente en comparación con quienes tienen un empleo.

«Los niños y niñas que crecen en pobreza sufren cicatrices irreparables. Una alimentación sana en las edades tempranas permite mejor desarrollo académico. Y, así, un futuro con más oportunidades.», afirman.

«En cambio, una alimentación inadecuada impide ese desarrollo académico y dificulta ese futuro limitando sus oportunidades laborales», señaló la directora del Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza, Carmen Gayo.

«La pobreza infantil hipoteca el futuro laboral de estos niños y niñas que nacen en familias pobres. La pobreza infantil no solo afecta al futuro de esos niños y niñas, sino al de todo el país porque tiene un coste como sociedad», enfatizó.

«Si una persona no se alimenta bien, sus necesidades no podrán ser satisfechas»

«El empleo es la fuente principal de calidad de vida de una persona. Porque no solo cubre las necesidades materiales, sino también da a la persona empleada una serie de valores».

«Como, por ejemplo, el sentimiento de pertenencia y contribución a la comunidad, de ser útil. Y, en última instancia, el de autorrealización», indicó por su parte Pilar Moreno, investigadora principal del programa Vives Emplea Saludable. Moreno utilizó la metáfora de una casa para profundizar en la idea de la salud como pilar transformador.

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Estos son los alimentos que no rompen el ayuno intermitente

«Los cimientos de esa casa serían la alimentación saludable; la estructura y pilares serían el descanso y el sueño reparador; los ladrillos serían el deporte y la actividad física; la decoración de ese hogar sería el autocuidado».

«Y, por último, siempre es necesaria la limpieza de la casa. Que en la alimentación saludable es la eliminación de sustancias tóxicas como el tabaco o el alcohol, o no tomar pastillas para dormir».

La profesora añadió que, «si una persona no se alimenta bien, será imposible que se satisfagan todas sus necesidades. Y, por tanto, alcanzar el bienestar psicológico». De ahí la relación directa entre alimentación saludable y salud psicológica.

«Las personas desempleadas tienen peor acceso a una alimentación saludable»

Mientras, la gerente de la Agencia para el Empleo en Madrid, Belén García, habló sobre la importancia de este tipo de proyectos. Porque «la incorporación del factor saludable es clave para ofrecer un enfoque 360 a las personas desempleadas que se encuentran en riesgo de exclusión».

«El coronavirus ha demostrado que el desempleo es uno de los grandes factores de inequidad social» añadió Antonio Vargas, responsable de Salud Pública y Nutrición en Acción contra el Hambre.

Alimentos saludables.

«Son personas que se han visto limitado sus oportunidades laborales y desprovistas de la capacidad de búsqueda de empleo», alertó.

Vargas ha incidido en que «estas personas vulnerables, además, han contado con menos acceso a esos alimentos saludables» que otros grupos de la población. Y esto ha impedido la posibilidad de salir de ese ciclo de la pobreza y desempleo.

Los expertos también han coincidido en que la falta de ingresos hace más difícil el acceso a una dieta saludable. Sin embargo, no es solo una cuestión económica, también lo es de conocimiento y otros aspectos más psicosociales relacionados con la adquisición de hábitos y actitudes.

«La falta de recursos es importante pero no es lo único que debe tenerse en cuenta para llevar una dieta saludable».

«Influyen otros factores que condicionan esa dieta sana como es el tiempo, la autoestima de esas personas y la adicción y sensación que genera la comida chatarra, que genera dopamina, conocida como hormona de la felicidad», detalló Vargas.

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